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Yoyalodije

La squadra rossoneri

(Post dedicado a Francesc Vilanova i Bayo)

Partido grande hoy en San Siro, entre el pasado y el futuro, entre el, hasta ahora, equipo más importante de la historia de la competición y el que probablemente llegue a serlo en las próximas décadas. Porque, desde aquella squadra rossoneri que comandaban Gianni Rivera y Cesare Maldini en los 60, pasando por el de Arrigo Sacchi en los 80, el Capellismo de los 90 y acabando con los goles de Pipo Inzaghi en la última final ganada al Liverpool, ya en esta década, la Associazione Calcio Milan  siempre se ha mantenido en lo más alto de la máxima competición de clubes y ha conseguido ir formando grandes equipos que han ganado Copas de Europa casi en todas las décadas desde que, a principios de los 60, esta competición, tras una primera fase irrelevante en que los equipos participantes eran “invitados” por el presidente del equipo que casualmente las ganaba, se convirtió en la más importante del mundo.

Podría hablar de grandes momentos del Milan en la Champions pero he elegido al azar(?) un partido disputado el 19 de abril de 1989, concretamente la vuelta de la semifinal de la Copa de Europa entre el Milan de los holandeses y el Real Madrid de la Quinta del Buitre y que acabó con un nunca demasiado poco recordado 5-0, aunque pudieron ser bastantes más.

El AC Milan formó con (ojo al dato): Giovanni Galli; Tasotti, Maldini, Costacurta, Franco Baresi; Angelo Colombo, Roberto Donadoni, Ancellotti, Frank Rijkaard; Ruud Gullit y Marco Van Basten y el Real Madrid con Buyo; Chendo, Gordillo, Sanchís, Gallego; Rafa Martín Vázquez, Míchel, Bernd Schuster, Paco Llorente, Emilio Butragueño y Hugo Sánchez.

El partido de ida en el Bernabéu había acabado con 1-1 y el siempre eufórico madridismo, se agarró al clavo ardiendo y al espíritu de Juanito, y confiaba en una victoria en San Siro para llegar a la deseada e inoportuna final en el Camp Nou ¿les suena la situación?Por tanto, era un partido muy trascendente para la historia de esa generación de futbolistas blancos que, pese a ganarlo casi todo en España, (que pena) nunca pudieron ganar una Copa de Europa.

El partido fue un auténtico huracán de juego milanista y, en el minuto 18, quien después fue nuevamente campeón como entrenador, Carlo Ancelotti, tras una espléndida jugada del gran Ruud Gullit, le marcó un gol a Buyo en el que el hoy erudito comentarista de Punto Pelota, quedó bastante en evidencia e inició una goleada que continuó nuestro Rijkaard (siempre fiel, Frank) y el propio Gullit, ambos de testarazo imparable, al filo del descanso en una primera parte para enmarcar.

A esas alturas ya no había madridista que estuviese mirando el partido, pero los cules ya nos habíamos enamorado perdidamente de ese equipo con muchos guiños a la escuela holandesa y que,  ya en aquel año 89, comenzó ya a dar sus primeros frutos en nuestro Barça.

En la segunda parte los italo-holandeses bajaron un poco el pistón pero aún le quedó tiempo a  Marco Van Basten para firmar un golazo muy de su estilo, un cañonazo a la escuadra de Buyo con una potencia tal que , de haber puesto la mano el gallego , se la hubiera llevado igualmente por delante.Ya, para rematar la manita, Buyo se tragó un  fuerte chut por su palo del grosso Roberto Donadoni que dejó un marcador de los que no se digieren con facilidad.

Fue muy grande aquel Milan y también grandes Gullit y Van Basten que sumaron 4 balones de oro  y dos Copas de Europa consecutivas, un equipo que dejó el recuerdo que solo pueden dejar los mejores de la historia.

Hoy el Milan ya no es lo que era y ha cedido el cetro europeo a dos grandes outsiders que pretenden discutir su autoridad, primero el United y ahora el Barça de Pep. El Milan conserva el orgullo del que fue grande y cierta capacidad económica para permitirse algunos lujos que le permiten disputarle los títulos en Italia al Inter pero que le alejan bastante de ser un verdadero aspirante a ganar la Champions League.

El Barça de Pep va a salir a ganar en San Siro, de eso no tengo la menor duda porque son mejores y por dedicarle la victoria a su querido segundo entrenador, y el equipo de Allegri va a esperar su oportunidad, como lo hizo en el Camp Nou, pero los milagros no se dan todos los días…