Más de 35.000 socios meapilas votaron por un cambio tras la etapa más exitosa de nuestra historia. Somos así, qué os voy a contar. Pero bueno, se supone que si esa gente tenía razón, habría muchas cosas por cambiar.
Pues bien, tres meses después de las elecciones, las ideas nuevas de la actual junta suman entre 0 y ninguna. Bueno, si no contamos como idea nueva el revanchismo y gestionar con el retrovisor, claro.
Porque de momento eso es lo que estamos teniendo. Un presidente que gobierna desde el rencor, sin transmitir alegría, ni orgullo, ni ambición por estar al frente del mejor club deportivo del mundo. Un presidente que utilizó los medios para manchar la imagen del club, anunciado casi la bancarrota, y que desde entonces ya no ha vuelto a dar la cara, ni cuando a nuestro entrenador le están poniendo de vuelta y media desde la Brunete. Un presidente que tras anunciar nuestra pésima situación financiera se deja nada más y nada menos que 40 kilos en dos suplentes. Un presidente que no consiguió el principal objetivo del verano pese a anunciar mediante Milhouse que era muy fácil.
Por no hablar de la plantilla extracorta, el césped que se levanta y lesiona a nuestros jugadores, el dantesco espectáculo con el artífice de nuestro exitoso modelo, la visita a Extremadura para pedir perdón, el cambalache con un club que nos odia para perdonarle 4 kilos pese a que estamos más arruinados que Díaz Ferran y la conversión religiosa del club.
Eso sí, ya somos una referencia mundial en la contabilidad de canapés y en las filtraciones al enemigo. Ahí nos merecemos 35.000 aplausos.