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Yoyalodije

Non sono Cruyff (Este es dos)

Algún lugar de Castiglia. Anno 1988. Mercoledì 4 maggio.

Ser el único bambino del Barça en una clase de 43 solistas de zambomba, forja il carattere, definitivamente lo forja. Y más teniendo en cuenta que antes me refugiaba en una massa de 37 culés sobre un totale de 39. Entonces solo eran bichos raros el periquito y el merenguito. Ahora el bicho raro era io, tifoso de un club desnortado y fragile.

Después de una carriera plagada de sinsabores, me había retirado profesionalmente della práctica del calcio y me encontraba più acabado que las maracas de Machín. L’unico vínculo con il mio antico mondo era el de disputare puntualmente el bolo veraniego de finale de curso en campo de césped. Il risultato, como è facile suponer, era invariablemente dantesco, grazie a un stato deplorable de forma y de fondo.

Tutto lo anterior me llevó a flirtear con il pallacanestro por despecho y también por estética. ¿Quién no llevó dos muñequeras como il nostro SúperEpi? ¿Quién no lanzó mil veces el triple de Solozábal en la finale de coppa contra el Maligno? ¿Quién no se enamoró como una ragazza colegiala de Aíto? Scusami Johan perché he pecado.

Pero questa traición, aun siendo difícilmente disculpable, non era casuale. Un piccolo ricordo de cómo estaban las cosas entonces:

  • in tutta la nostra vita, muchos de nosotros habíamos visto ganar un solo scudetto.
  • de Europa nos echaba una squadra como el Dundee United.
  • en la liga acababamos sextos, la peor classificazione desde la posguerra.
  • había pasado una cosa chiamata el Motín del Hesperia, que era como el de la Bounty pero con botifarra i mongetes, più nostrat.
  • mandaba Núñez desde hacía dieci anni después de romper el porró y volverlo a pegar con pegamento Pritt de barra.
  • e la prova contundente de que el gran Mostro di spaghetti volante è un cachondo: el Español giocava finales europeas.

La cosa era ancora più triste perché teníamos memoria de cómo habían sido las cosas, aunque no las hubiésemos vivido. Ya conocíamos a Cruyff, ya nos habían parlato del 0-5 gloriós y habíamos escuchado la canzone de la Trinca, ya habíamos ido a Basilea, ya habíamos visto a Kubala, ya habíamos ganado les cinc copes, ya habíamos leído la oda de Alberti a Platko…

Luttando contra il doloroso presente, en un canto del cisne horrendo cual paja antes de desayunar, se produce la mia reaparición dramática en el torneo locale de las 24h de futbito. La pressione sociale me arrastró a un callejón senza salida en el que mai debí haber entrado. Mi status de vecchia gloria sirvió como reclamo para los cracks de la clase: el gafitas (un fantasista organizzatore con buen toque pero poco cuerpo), el tirillas (un Maradona de la meseta con poco sentito del equipo) y el gordito pecoso (había que cubrir las fichas). Debutamos en la competizione con brío y spirito guerrero aliñados con buenas dosis de técnica. Nos encularon 8-0. A la puta calle en la prima partita. Creo ricordare que il stopper rivale se sentó a comer un donut en mitad del match, tal era il rispetto que imponía il nostro calcio totale.

La mia attuazione personale suscitó divisione de opinioni. El hecho de que jugara mezza parte de portiere e l’altra mezza parte de extremo izquierda no ayudó a que los simpáticos ragazzi de la prensa valoraran justamente il mio desempeño sobre el campo. In tutto caso, los flashes de las cámaras se dispararon frenéticos, quando en una veloce subida per la banda sinistra, decidí homenajear al Profeta y realizzare un centro con l’esteriore de la pierna destra después de frenar en seco. El difensore que me cubría era un troncomóvil con menos reflejos que un gato de escayola y la hostia que nos pegamos todavía puede ser ascoltata en sicofonías realizadas, di notte y con chaleco de bolsillos ¡ojo!, en el palazzo dello sport.

En el Barça, en un intento casi histérico de salvar al club, questo giorno 4 maggio 1988, el pacident Núñez pasa por encima dell’allenatore Luis Aragonés (sí, el mismo, no el padre ni el abuelo del attuale) y hace aterrizar en Barcellona a Johan Cruyff. Il tulipano volante declaró: “NO PROMETO TÍTULOS…PERO SÍ ESPECTÁCULO”. Questo lo podía haber firmado Clemente para la partita de vuelta en Leverkusen. Cruyff nos había salvado una volta, ¿nos salvaría por segunda vez 15 anni después? Se empezaba a ver la luce al final del túnel. Pero este es tres.