Barcellona. Anno 1981. Sábado Mattina.
La mia mamma me despierta pronto, demasiado pronto. Tengo tanto sogno y unas legañas que parecen aizkolaris. Va, aixeca’t, que avui és el primer dia i ja fem tard- me dice mientras empieza a vestirme. Camiseta blanca ajustada con una franja roja verticale en el centro, pantalones cortos bianchi muy anchos y unos calcetines largos come mai antes había visto. Las medias son de un número menor o quizás yo he crecido troppo, però cuesta muchísimo ponérselas. La mia mamma si ricorda ancora.
Nos montamos en el Seicento y emprendemos el camino de tutti i giorni però oggi no hay nadie por la calle. Il mio fratello pequeño se queja perché estoy en la sua parte del asiento.
Llegamos al cole y allí están mis compis. Algunos son unos traidores que en l’hora del pati gritan ¡Reaaaaaal Sociedaaaaad! y hacen ver que son giocatori con nombres raros y largos. Un po’ di tempo después se hicieron del ¡Athleeeeeeetic, Athleeeeeetic! Supongo que hoy dirán que son del Barça.
L’allenatore nos va colocando uno por uno en un lugar del campo. A mí me coge del braccio e mi porta hasta un punto gordo pintado en el suelo. Tú, no te muevas de aquí- me dice. Cuando termina con tutti, se pone en el centro y no para de parlare. Apenas le oigo, además me da il sole en la cara y aprovecho para sacarle la lengua al mio fratello. Giro la testa y me doy cuenta de que el entrenador, que se parecía a Domingo Totalmentedeacuerdojosemaría Balmanya, está gritando y mirando hacia mí, o al menos questo parece a través de sus enormes y orribili gafas de sole:
-¿Te has enterado? Cuando la pelota llegue donde estás tú, la coges con las manos y no la sueltas, ¿vale?
-Vale
Me vuelvo de espaldas y le pregunto al mio compi, que se ha olvidado la camiseta en casa e porta un’altra de un colore differente:
-¿Qué ha dicho? ¿Tú te has enterado?
-No
-Vale
-Vale
Suona un pito. Comincia la partita. Rueda il pallone. Un bambino viene hacia mí. Non mi muovo del punto gordo. La pelota me da en un pie. Me agacho, la cojo con le due mani y ya no la suelto. Piiiiiiiiiiiiiiiiip.
A partire de quel momento, tutto è confuso. Domingo Balmanya se vuelve loco e io tengo paura. Miles de niños se me echan encima aunque tampoco sepan che cosa succede. Un uomo vestido de negro, al que erróneamente identifico con la morte, se acerca despacio y me habla en una strana lingua. Sólo dice una parola: Penalty.
Afortunadamente pude ver en el primer minuto della mia carrera sportiva que mai sería como Simonsen. Aun así, prolongué il mio periplo professionale de forma completamente artificiale durante varias temporadas. Sempre de lunedì a venerdì y de 10:30h a 11:00h.
Mientras questo ocurría en il mio piccolo mondo, il tempo pasaba y el Barça no paraba de dar tumbos. Ganó una Recopa-y-en-tu-culo-explota en casa al Standard de Lieja, ganó una liga con un signore inglés y Urrutitastimu que tenía un nombre raro y largo y perdió en Sevilla una cosa chiamata Copa de Europa. Questa finale la pasé solo en casa, me subí al sofá, dije merda sei o sette volte y cuando terminó cambié de canale y ví una peli de mayores.
Il giorno della mia prima partita, un sábado mattina, no sabía quien era Cruyff, con el que solo tenía in comune una camiseta con i colori del Ajax. Todavía quedaban varios años para la seconda venida del profeta. Pero este es dos.