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Yoyalodije

A propósito de Márquez

Existe en el mundo empresarial algunas maneras de premiar a sus empleados con el fin de agradecerles su dedicación o bien para motivarlos. Ese incentivo se puede trasladar en modo de un aumento salarial, premios varios, prolongación de vacaciones, beneficios sociales o estabilidad en el puesto.
El motivo no es premiar al empleado por todo lo que hace eficazmente ya que eso forma parte de su trabajo y está remunerado por ello, sino recompensarle cuando gracias a él la empresa avanza y
mejora.

El 30 de Noviembre de 2009, el FCB renovó a Guatemoc Márquez por dos temporadas. El ex-Kaiser, de 31 palos, veía asegurado su plato de lentejas hasta el 2012. Aún aceptando que ha tenido temporadas excelentes, aún aceptando que su salida de balón ha sido vital en el sistema de juego del equipo, muchos nos preguntamos si esa renovación era pertinente o no.

Llegado en verano de 2003 por 8m€, le costó hacerse un hueco en el equipo, llegando su asentamiento en el 11 una temporada después, cuando debido a las lesiones se convierte en un pivote defensivo vital para la consecución del titulo de Liga. Nuevamente al año siguiente se convierte en un jugador importante para lograr el doblete.

A partir de ahí dos temporadas lamentables, los bongos, el puente aéreo y las cornadas a la Klum empiezan a regir su vida, su rendimiento cae en picado, las lesiones musculares se suceden, su implicación en el proyecto se cuestiona y su profesionalidad se pone en entredicho. La llegada de Pep salva su cabeza; el de Santpedor quiere recuperar al mexicano y darle el liderazgo de la defensa, para Pep la creación comienza en la defensa y ve en el frijoles su mejor argumento. Márquez responde asumiendo el reto y firma una gran temporada hasta que ve truncada la trayectoria con la lesión de rodilla frente al Chelsea.

Y llega el verano, momento oportuno para acabar la limpieza de establos que se inició un año antes con la salida de Roni y Deco y que continuó con Etoo. Márquez debía ser el siguiente. 7 temporadas con claroscuros, con infinidad de lesiones, con una edad que ya no permite mejorar y con la necesidad de empezar a meter savia nueva en el vestuario. Pero la venta no llega, el manito es intocable. No sólo eso sino que la DT decide premiar su dedicación con una prolongación de contrato.

El mexicano responde a tamaña confianza firmando una lamentable temporada, inexistente, con actuaciones rayando lo esperpéntico. Osasuna, Getafe,
Zaragoza son testigos del patético estado de forma de Márquez que se convierte en un peligro para la integridad del marcador y para el trabajo realizado por sus compañeros. Pensar en una recuperación es ya ciencia ficción, pensar en darle minutos un suicidio.

Sabios criterios debieron regir la decisión de firmarle tan jugosa jubilación, sin embargo si el fin era premiar los servicios prestados, alguien debería replantearse tal política en el futuro habida cuenta del resultado que está teniendo, y no es el primer caso. Si el fin era estrictamente deportivo alguien debería valorar otros intangibles básicos para asegurar la salubridad de un vestuario y su futuro.

Mucho me temo que la opinión de Guardiola fue determinante en el tema, dejando claro, una vez más, que lo suyo es dirigir al equipo y gestionar plantillas pero no confeccionarlas. Y una vez más, los resultados tapan un cagancho en toda regla, que en otra situación pondría en entredicho la DT y al entrenador.