“No es arrogancia si puedes sostenerlo”
Voy a intentarlo.
En Marzo de 2006 un niño argentino menudo de 18 años se presentaba en el estadio dónde el año anterior había sido eliminado su equipo. Revisionar ese partido (o el 0-3 del Bernabéu en noviembre) te muestra como de sincero puede llegar a ser este deporte. A esa misma edad un joven Clay ganaba el oro en los JJ OO de Roma y soltaba una frase que se podría aplicar al primer Leo desde su llegada al club en 2000 hasta el año de ruptura, tanto física como de contextos y plazos, que fue la 05-06 «A través de mi carrera como amateur, los boxeadores más experimentados pensaban que era un blanco fácil, pero yo me concentraba en la defensa, y en la sincronía de mis movimientos». Toda la Juve buscándole en el Gamper 2005. ¿Cuantas lesiones recuerdan de Leo por cazarle siendo el mejor driblador de siempre? Yo una solo. Idéntico a esto observamos como el bocazas de Louisville se jacta de ser un boxeador que con 22 años no tiene ni una cicatriz. Aquí empieza el primer sesgo de la memoria: se cree que Ali sólo bailaba pero cuando necesitaba derrotar por pegada entraba con todo. Cierto es que sus golpes “daban” más porque venían envueltos en miles de palabras y en una seguridad ofensiva. Como cada regate de Leo en perpendicular o diagonal hacia la portería rival, no era un regate más. Era el camino más corto al gol.
A partir de ahí empezó un periodo nuevo: el mundo del profesionalismo total para ambos. Tiempos que se alargaban para poder llegar al máximo pero siempre derribando al siguiente adversario, siempre sobrepasando rivales, superando lesiones y malas rachas. Progresando hasta el objetivo, siendo los mejores entrenando, absorbiendo de cada míster al máximo a pesar de saberse que no necesitaban tanta enseñanza. Fue en 1964 uno y en 2009 el otro, ambos con 22 años, cuando logran su primer pico. Uno con su primer título de los pesos pesados y el otro con su primer triplete como estrella indiscutible. Pasan tres años, Leo vuelve a revalidar orejona mientras Cassius tumba aspirantes a su cetro pero llegan a sus 25 años (1967 y 2013) y se produce el corte: Titus fallece y Ali rechaza incorporarse al ejército estadounidense apelando a su condición de musulmán y a su oposición a la Guerra del Vietnam. En ese mismo punto vemos el único Valle (pico para cualquier otro) de Messi. El bienio desde último trimestre de Titus, Tata e inicio de Luisen, que no es tan lejano, dónde se sacó la calculadora y movieron todos sus puntos de apoyo en vestuario pensando nuevos escenarios. No cambiaron sus ganas ni determinación mental pero algo no se hacía como tocaba, algo no estaba en su lugar. Llega el final de temporada y falta una chispa que antes sobraba, el cuerpo ha cambiado con ciertos parones y no da para ganar un doblete nacional ni, y esto es lo que más duele en su corazón, ganar en Brasil el Mundial soñado, el título que sólo él permite imaginar. Ambos escenarios de empate decididos al caprichoso puntaje. El propio Muhammad tampoco logró tumbar a Frazier en su desafio en 1971 y lo reconoce tras su derrota, también claro, a los puntos: «La próxima vez será distinto…Cuando alcanzas el éxito como yo lo hice, te embriagas con la fama. Crees que correr tres millas al día es suficiente. Eso es todo lo que entrené para esta pelea. No descansé lo suficiente, no entrené tan duro como solía hacerlo… La próxima vez correré más, y mis piernas estarán a punto. Será distinto».
El siguiente punto de nuestra historia biarticular nos coloca en la revancha contra Frazier que no vale nada en si pero que sirve para romper el primer dique y saber uno mismo que ha vuelto. En clave Leo tengo claro que es toda la fase eliminatoria europea. Con especial énfasis en las semis contra el BM. Muhammad devolvió victoria al puntaje mientras Leo devolvía el nocaut de dos años antes (4-0 en el Allianz) con un cuarto de hora sólo a su alcance para dejar el asunto en 0-3. Ambos estaban, ahora si, delante de su final de retorno. Uno en Zaire para el “Rumble in the jungle” contra la bestia Foreman y los otros ante el imposible de repetir triplete, en Berlín ¿podían volver a lo más alto de verdad? La respuesta es conocida. Si en un lado eran 60.000 quienes iban bramando con un estruendo creciente que Ali “matara” a George no se cuántos millones latíamos, en nuestro silencio torácico, desde cualquier lugar del globo tras el empate de Morata al sonido de “Me-ssi bumaye, Me-ssi bumaye, Me-ssi bumaye”.
Aquí, perdonen el error adverbial, en todo este paso de la nada a la puerta de la gloria de nuevo que duró demasiado tiempo, entra en escena todo lo trabajado por Luisen. La consistencia clarividente en que su método funcionaria siempre y cuando no se moviera de ese camino pero no se negara a ser flexible (papel clave de Xavi aquí añado). Lucho, como Angelo D. que en su día nunca abandonó a Clay/Ali a pesar de darle motivos sobrados, tampoco se bajó de su FCB pre y post Anoeta con todo lo que caía. La licencia lírica me lo permite y seguiré. Si algo ha aportado el asturiano como sello propio a este equipo legendario y le ha sentado de fábula es la asimilación, al menos en parte, de la famosa técnica del entrenador Dundee: el Rope a Drope. En ella se trata de adoptar una posición de fragilidad, la de apoyarse en las cuerdas, con el objetivo de cansar a su rival que va dando golpes para, cuando éste se halle ya exhausto, contraatacar buscando el KO que mayoritariamente llega. ¿Les va sonando un poco?
No soy tan cretino para creer que es premeditado pero tampoco tan ingenuo para no ver que hay cierta seguridad recuperada y dominio de ciertos escenarios de riesgo que luego renta. Insistiendo en circuitos de salida de balón o en partidos de ida y vuelta dónde el rival ve cerca su gol, que conecta golpes sin miedo y comodamente pero que no ve variación en el rival. Bravo y MATS jugándola en corto o largo con la misma sangre fría o sacando paradas inconcebibles sin acelerarse en lo absoluto. S.Roberto, Mathieu, Vermaelen o incluso Adriano compartiendo escenario, a priori horroroso, que se salda con victoria amplia para su equipo. El rival lo deja todo, corre más que nunca pero todo ello para agotarse y acabar recibiendo una ráfaga que no sabe de donde sale pero que te tumba roto por dentro. La fe no se levanta de la lona en cuentas así como así. En caso de hacerlo no es la misma porque lo peor de todo es que ya lo imaginaba de antemano y no hay nada peor que acertar en que no se podía.
Si alguno sigue hasta aquí el embarullado discurso intercambiando golpes que pude ofrecerles que preste atención por favor. Todo es para llegar a la conclusión que generó esta doble reflexión de ayer y hoy: la victoria mental y anímica es la nueva táctica culer. Los rivales ven una sonrisa con voracidad en tres delanteros generosos que ya son historia y que no quieren parar y salen quebrados en el alma al campo. Tendrán todos los focos pero pueden quemarles según se desarrolle. Pueden hablar al terminar y esas palabras tendrán mucho eco. El inherente de las manos vacías. Dudan de todo, de si mismos lo primero. Ven delante a tipos con 4 CL que anhelan el siguiente duelo y superar a su par para quitarles el alma, las ganas. El año pasado creían en su idea hasta que un golpe les dejaba KO, este año comienzan a perder la fe en esa antes del partido por la normalidad con la que baten registros los blaugrana y como luego lo comentan públicamente sin inmutarse con una insolencia nunca vista en fútbol. Esto no sale gratis y acelera los ritmos porque todo parece efímero y cercano a romperse. Eres el enemigo de sonrisa perfecta, al que todos quieren dejar cicatrices. Y no me cabe duda que habrá un “Trhilla in Manilla” con un rival que se encarnará en Joe Frazier III donde el FCB recibirá golpes hasta el tuétano pero seguro que equilibrará el duelo y como Ali haría en su día, Leo se pondrá de pie al sonar la campana del último asalto para que tiren la toalla rivales que, no olvidemos, son historia de sus clubes. También llegará el día menos esperado un Leon Spinks (diga Chelsea 2012 random) que arrebate el cetro pero asimismo no me cabe duda que volverán a por lo que sienten es suyo, con un nuevo estilo y facetas. Siempre alrededor del 10. Con ganas de seguir aguantando idas y vueltas con los Howard Cosell de turno. Periscopios en un arenal.
Con las infinitas(!) diferencias entre ambos creo que dado que el mote autoimpuesto por Ali fue “The Greatest” -y así se le ha recordado- la conexión con alguien en fútbol es con Messi. Siendo puntos casi opuestos en su exposición pública y necesidad de foco les impulsa la misma seguridad, determinación y puntos muy caprichosos de su biografía. La reinvención continua es innegable en ambos, con inicios de osada superioridad física esquivando todo y golpeando cuando desean a posturas más expectantes y reactivas para ser certeros cual cirujano de órganos vitales. Pero por encima de todo un aspecto: su capacidad de analizar y destrozar al oponente haciendo lo que tocaba en el ring o campo en cada instante. Todo el ruido de uno es silencio hierático en el otro. Después las palabras certeras del rosarino y los silencios elocuentes del afroamericano. Todo con un fin: seguir mirando y escrutando qué toca hacer y cuando hacerlo. Saber que su mentalidad es victoria, se contagia y va con ellos. Sus compañeros saben que tienen a D10S al lado y entonces saltan, vuelan confiados. Los rivales saben que lo tienen enfrente, o al lado, o a la espalda de los MC, o en banda y temen su ira hasta cuando no interviene. ¿De dónde nace de todo esto? De la clarividencia de ambos en su fuero interno. De la mirada, esa mirada. Que radiografía lo que tiene delante para desguazarlo. El luchador dijo “Los campeones no se hacen en los gimnasios. Los campeones nacen con algo que llevan muy adentro: un deseo, un sueño, una visión” y el jugador dijo a una TV argentina con 10 añitos su visión sin vacilar: su ídolo era Maradona pero no aspiraba a ser como él, ya que él pensaba ser Leo Messi.
Es difícil salir de las semejanzas cuando cruzas dos perfiles así y haces piruetas para cuadrarlo con la visión del colectivo todo ensartado en el poético mundo del cuadrilátero pero veo tantos puntos similares que me asusta que sigan coincidiendo así en la retirada. Me tranquiliza saber que será lo que él quiera y que está logrando, sólo a veces, resumir un deporte colectivo en su estado y momento personal. Sus deportes mientras estén activos gravitaron y gravitarán a su alrededor. La realidad suele ser lineal y sincera. Gracias por desencadenarlo todo Celia.
Me es difícil acabar, un saludo a los que hayan llegado hasta aquí. Mejor dejarlo en sus palabras. Las de los dos. De-ter-mi-na-ción.
“Soy el más grande. Porque lo dije incluso antes de que supiera que lo era”. Ali.
“Recuerden mi nombre: Leo Messi.”