Con la de ayer, el Barça puede celebrar su octava clasificación consecutiva a cuartos en la máxima competición del fútbol de clubes. Pero es que se ha clasificado en 9 de las 10 últimas. Únicamente aquella eliminación en octavos por el Liverpool de Benitez, que acabó siendo campeón, impidió el pleno en una de las rachas más brutales de un equipo en la historia de este deporte.
Y es que estamos viviendo de lleno en La Era Messi, el mejor jugador de todos los tiempos que, afortunadamente, se formó en la cantera de La Masía, para mayor orgullo culé, y que, si las lesiones no lo impiden, puede seguir dominando el fútbol europeo al menos, las próximas tres o cuatro temporadas. Y eso también es digno de celebrar.
En La Era Messi hay que encuadrar el partido de ayer en el que hubo muy buenos jugadores en el campo pero un solo Lionel. El argentino jugó en todas las partes del campo, ayudando a la salida de balón desde atrás, dando continuidad a las contras y asistiendo para que los compañeros, ayer bastante fallones, pudieran marcar.
Es a veces injusto que Messi esté en el campo porque te puedes olvidar del buen partido de Alves ayer, concentrado y presente en todas las combinaciones por su banda. De Iván Rakitic, un ejemplo de despliegue físico con calidad que marcó un gran gol picándosela al buen portero del City. Del partido de Neymar que estuvo rápido y no abusó de regates innecesarios ayer aunque le faltó definir alguno de los regalos de Messi. De la sobriedad defensiva de Piqué y del saber estar de Mascherano en todo tipo de partidos. Pero parece evidente que, de no estar Messi en el campo, el resultado podría haber sido diferente.
Porque el Barça pecó de falta de efectividad a pesar de la pólvora que tiene arriba y ese defecto, que se suele pagar en Champions, pudo costarle la eliminatoria. El City falló un penalti a falta de más de diez minutos que hubiera podido poner el miedo en el cuerpo y quien sabe, otro final para esta película. Afortunadamente, Ter Stegen estuvo ágil y acertó el disparo del Kun Agüero. Ese fue el finiquito del partido.
Ahora viene el partido del siglo que se juega, al menos, dos veces al año y en el que esperamos que vuelva el acierto a la delantera porque que Messi hará de él mismo lo tenemos casi asegurado. No me fío ni un pelo de la supuesta crisis blanca. Son el Mal y sobreviven en las peores condiciones, como las cucarachas, único ser vivo que sobreviviría a una hecatombe nuclear. Pero nosotros tenemos a Messi…