El partido de anoche lo hemos visto muchas veces. El Barça es el equipo más estudiado del mundo y eso nos honra. En todas las escuelas de entrenadores se analiza nuestro juego de posesión, se imaginan partidos contra este Barça y se estudian formas de ejecutarlo. Después de más de cuatro años se ha llegado a la conclusión de que encerrarse atrás y buscar alguna acción a balón parado o en un contraataque es la única opción de sacar algo positivo. Eso, y que te salga la Virgen del lugar como salió ayer la de Celtic Park.
Si a esto añades los problemas crónicos en la defensa desde el inicio de temporada y que Tito y los jugadores inconscientemente entraron relajados al importante partido de ayer podemos tener una fotografía bastante fidedigna de lo ocurrido anoche en Glasgow.
Intentaré explicarme. TV no puso anoche a sus mejores jugadores en el campo, o al menos a los que mejor forma están ni tampoco pudo alinear a Busi que anoche acabó de cumplir su absurda sanción. De hecho sorprendió la no alineación de Cesc, un jugador en estado de gracia y de Villa, la única alternativa seria para las noches espesas de Messi. Vilanova se esperaba a un Celtic más agresivo, más valiente subiendo líneas e imaginó un partido de fútbol-control con Xavi, Iniesta y Messi durmiendo el partido. Pero Lennon sorprendió planteando un partido absolutamente defensivo, con dos líneas de cuatro y con Samaras y Miku a la espera de algún rechace. Entonces el planteamiento se nos volvió en contra pues el partido se dormía en exceso con demasiados jugadores pidiéndola al pie y nadie rompiendo al desmarque.
A todo esto que el Celtic sacó su primer corner y un muchachito keniata de 188 cm y 90 kg de peso, Víctor Wanyama, se comió el balón, al pobre Alba que pasaba por allí y a Valdés, que no pudo hacer mucho ante dicho soberbio cabezazo. El gol reafirmó a los escoceses(?) en sus convicciones y declararon amor eterno al planteamiento de Neil Lennon. El Barça seguía circulando con lentitud pero aún así tuvo ocasiones más que claras para igualar el marcador, una primera clarísima de Messi, que rozó Forster y se fue al larguero y un cabezazo de Alexis que se fue al poste derecho. Ya no hubo más en la primera parte.
En la segunda parte arreció la lluvia en Celtic Park pero el Barça seguía seco, estrellándose contra un frontón. Messi la volvió a tener en un zurdazo de los que le suelen entrar y el portero con nombre de cerveza australiana la volvió a parar. Era desesperante.Entró Villa por un desafortunado Alexis pero tampoco se encontró cómodo en el campo. Ni siquiera se conseguía chutar a puerta. Entraron Piqué por Bartra y Cesc por un Song que debió salir mucho antes del campo por su absurdo empeño en que el árbitro lo mandara a la caseta. El Barça se volcó y el Celtic se aprovechó. Un saque larguísimo de Forster no acertó a atacarlo Xavi, botó en el campo, se endiabló por la lluvia y creó un mano a mano de Tony Watt con el pobre Mascherano , que ganó el primero y fusiló a Valdés. Ahí acabó el partido. El gol de Messi en el descuento fue tan anecdótico que apenas lo celebró, pese a que lleva un par de partidos intentándolo. No hubo para más.
Dicen que en el pecado está la penitencia. El Barça desperdició anoche un ocasión de cerrar su clasificación para octavos y poder dar descanso a sus jugadores en los dos partidos siguientes de la Liguilla. Por contra se tendrán que comer el marrón de Moscú, jugar a 10 grados bajo cero en un campo helado y jugándose la clasificación. Es lo que tiene no hacer los deberes a tiempo. Es la primera derrota de la temporada y estamos a 8 de noviembre.¡No estamos tan mal, hombre!