Imaginen por un momento que el rival histórico del Barça desaparezca de la noche a la mañana. Imaginen que las deudas, los excesos de su presidente y la crisis económica acaben con una rivalidad mantenida desde hace décadas y lleven a la disolución del máximo oponente. No estaría mal ¿no?. Pues eso es exactamente lo que le ha pasado al Celtic de Glasgow este pasado verano con la fulminante desaparición del Glasgow Rangers como institución algo que, sin duda, deseaban los verdes prácticamente desde hace cien años. No sabemos cuál será el futuro de los Celtics sin rival en la muy citada Liga escocesa, lo que sí que tengo claro es que los aficionados católicos de Glasgow se habrán echado unas risas y se habrán bebido algunos centenares de pintas en “honor” a sus ex rivales.
Si vamos al último precedente de enfrentamientos entre el Barça y el Celtic de Glasgow nos encontramos con la primera temporada de Rijkaard, estrenando presidente y estrella, el gaúcho de la eterna sonrisa. Aquella clasificación para la UEFA fue el triste rédito de la época Gaspart-Reyna que la “Junta del powerpoint” intentó sacar algo de brillo con campañas temáticas como “Camí a Göteborg” en referencia al lugar dónde se jugó la final que acabó ganando aquel gran Valencia de Benitez. Bueno pues, con degustaciones de gastronomía típica del rival y versiones de canciones de Abba (?) fuimos pasando rondas hasta que el Celtic de Larsson nos eliminó. Aquella eliminatoria fue vital para la contratación de uno de los últimos “one hit wonders” del Camp Nou.
Para quien no lo recuerde, la ida fue algo estrambótica pues, tras fallar innumerables ocasiones y una increíble expulsión del conejo Saviola, el Barça acabó perdiendo con un gol de Thomson, tras asistencia de cabeza de Larsson, la especialidad de la casa. La vuelta fue un “quiero y no puedo” que hizo internacional al portero escocés y que acabó con la trayectoria en UEFA del Barça, el “camí a Göteborg”. Definitivamente, eran otros tiempos.
Hoy, por el contrario, tras nueve años maravillosos, acude el Celtic de nuevo al Camp Nou como la cenicienta del grupo de Champions, con Miku y Samaras de estrellas, con la única misión de no quedar último de grupo y poder acceder así a la Europa League. El Barça, por su parte, intentará solucionar sus crónicos problemas en defensa con una nueva alineación , la enésima distinta de la temporada que debe haber agotado todas las existencias de aspirinas en Can Tito. Teniendo en cuenta que Busi está increíblemente sancionado es posible que Song pase al mediocentro y salgamos con defensa de tres. O bien sea Cesc el que ejerza de pivote, manteniendo al camerunés en el centro de la defensa. De todos modos, aunque juegue Jordi Roura esta noche de central , el Barça debe golear al campeón escocés.