A ver cómo intento explicar mi punto de vista de lo que ocurre en can Barça en los últimos años…. (son 4 puntos suspensivos en vez de 3 porque soy fan de Star Wars, en fin, al lío).
Yo llevo unos cuantos años con problemas familiares muy tochos, se me juntó nacimiento de mi hijo en pleno COVID con enfermedad paterna que derivó en muerte a los dos años, mi madre en un bajón continuo, mi señora con depresión, jornadas laborales de 60 horas semanales… En fin, que llevo unos años acojonantes, con lo cual, digamos que lo que era pasión febril por el fútbol pasó a hobby pasional, sin más. A eso sumarle que trabajo en temas muy relacionados con el deporte, y clientes de mi empresa son la RFEF o la FEB, así que tomé distancia. Se juntó con lo que parecía la debacle irremediable del Barça. En estas, llegó mi jugador favorito de todos los tiempos como entrenador, de la mano del mejor presidente que jamás ha tenido el Barça. Ambos, más culés que el palo de la bandera, y ganaron una liga que yo creía imposible y que vi desde la distancia de un fan “a otras cosas”. Pensaba, lo juro, que era un auténtico milagro porque la plantilla era lamentable, así lo digo.
Todo lo que viniera a continuación, para mí era un logro incuestionable porque el Barça -y eso lo tengo clarísimo- está en el lado difícil de la historia, lucha contra “lo que debe ser” y, perdonad la comparación, “lo que debe ser*” es lo que pensaban los p.utos nazis sobre su expansión y purga. Eso vivimos los culés y realmente lo creo, es un continuo ejercicio de supervivencia en el lado mal visto, en el lado que hay que eliminar, pero a la vez en el lado que no se puede borrar porque lo necesitan para justificar su existencia. No existiría Sherlock sin Moriarty, no existiría el Imperio sin los Rebeldes. Es el puñetero camino del héroe de Campbell. Nos necesitan porque, si no, no habría TRAMA.
Total, que Xavi desde su más absoluto culerismo fanático, no aguanta el entorno, no saca jugo a una plantilla que, repito, yo creía mediocre y se va. Se va como todos sabemos. Y llega Flick. Y, ay señores, coge a una plantilla sin mediocentro, sin lateral derecho, con un nueve de 36 años y un puñado de adolescentes y maravilla al mundo. Y no es la primera vez, es que el Barça, como los Rebeldes o como Sherlock desbaratado planes imposibles, lo vuelve a lograr. ¿Qué pienso yo, como culé “alejado del fanatismo”, como alguien que se toma ya el fútbol como una válvula de escape que no le afecta personalmente porque no me da, literalmente, la vida? Pues que es un puñetero milagro. Es un señor que ha venido a hacerme feliz 90 o 180 minutos a la semana.
Eso es lo que ha conseguido el Barça, y no es la primera vez, hacerme FELIZ durante ratos de mi vida. Y eso no lo viven en la acera de enfrente porque se aburren como ostras, por eso celebran fichajes, inscripciones, demandas y juicios, porque cuando la pelotita rueda SE ABURREN. No son felices. Y por eso me encanta ser culé, me encanta la filosofía del club y me encanta que se haya recuperado de la mano de un puñado de culés primero (Laporta, Xavi y los chavales de la cantera) y de un alemán enamorado de dicha filosofía.
Por todo esto, es que ME LA PELA PROFUNDAMENTE que tal o cual jugador quiera ir a otro equipo o quiera ganar más y sude del Barça, porque a mí lo que me hace feliz es ver a Olmo en el banquillo después de ser inscrito, salir al campo con una goleada al Madrid después de que nos roben por enésima vez, pasarle la pelota a Lamine, que éste invente algo y ganar, o perder, pero saber que disfruto del lado bueno de la historia. Disfruto de los Rebeldes. Disfruto de Sherlock. Disfruto del fútbol y me olvido de lo repugnante que puede ser la vida a veces.
Para todo lo demás está la wikipedia con mil títulos robados, ganados con un fútbol tedioso y miles de personas indignadas viendo la tele. Pues muy bien. Pues que lo gocen. Soy plenamente consciente de que no se divierten, de que no desconectan. Cuentan números. Son personas GRISES.