Tremendo, lo de Font. Tremendo.
El ejercicio de patetismo que ha protagonizado este pobre hombre hace un rato es digno de pasar a la historia junto a las más míticas ruedas de prensa de Nuñito, el chino de Gaspart o el ‘no us fallaré’ de Sandrusku. Por suerte, no será así porque nadie se acordará ni de esto ni de nada relacionado con esta persona rebajada a personaje el mismísimo día 8 del mes que viene.
Y este, insisto, era ‘el bueno’. El que hasta hace nada, parecía la única opción válida dentro de la cordillera de estiércol bartorrosellista que rodeaba a club y entorno. El único clavo al que agarrarse para que el club saliera del atolladero en que nos han metido los amiguetes de ESADE y sus secuaces de la prensa. Pues menos mal.
Y vale, ahora hemos tenido la suerte de que ha venido el tito Jan a desenmascarar a este farsante, ¿pero qué pasará cuando a este señor se le hinchen las bolas o consigan volver a quitarle de en medio? Porque si la mediocridad de las élites barcelonesas es TAL que el único capaz de haber podido montar una candidatura ‘cruyffista’ aparte de Lapo ha sido el Víctor Font este, la cosa está como para pegarse un tiro. ¿Tan complicado es llegar a la gente sin tener que rendir tributo, o directamente venderse, al establishment del Upper Diagonal? ¿No hay nadie con un mínimo tirón y valentía que pueda darnos cierta esperanza cara al largo plazo?
En fin, imagino que la mejor solución, si no la única, es que una serie de leyendas culés acaben cogiendo el mando, rollo Bayern. Porque después de ver en qué ha mutado el de los 7 años preparando el proyecto, creo que no me fío ya de absolutamente nadie más.