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Yoyalodije

Maradona en el Nápoles y falsos mitos del equipo

Unas matizaciones sobre la época de Diego en Nápoles y los falsos mitos que se están difundiendo.

El Nápoles, antes de Diego, era un club con una tremenda afición, superapasionada y con directivas de amateurs.

Solían fichar cómo superestrellas, futbolistas muy buenos pero que no eran unos fuera de serie o que habían dejado de serlo rodeándolos de medianías.
Un ejemplo fue en los años 50 el fichaje de un tal Jeppson,delantero centro de la selección sueca en el mundial de Brasil, por un precio que rompió el muro de los 100 millones de liras (105 por la precisión), o a medidos de los 60 ficharon un Sivori (otro zurdo divino argentino con antepsados italianos) casi decrepito y un Altafini que ya no tenía ganas de mucho esfuerzo. Dos jugadores que, a pesar de no estar en su mejor momento, llevaron el equipo a un segundo puesto.

En la temporada 74-75, jugando según muchos el mejor fútbol que se había visto en la serie A, entrenado por Luis Vinicio, llegó segundo a dos puntos de la Juvemerda, perdiendo el choque directo con un gol de un crepuscular Altafini (apodado desde entonces “Core ingrato”, cómo una hermosa canción clásica napolitana) a dos minutos del final.
Siguieron con su política de fichajes de la portera el año siguiente, contratando por 2000 millones de liras (otro muro psicológic) a un delantero que se llama Savoldi y que vistió la camiseta de la selección sólo 4 veces.

Recuerdo de niño, en una temporada marcada por el terremoto que en noviembre del 80 que dejó media Campania sin techo, un equipo de jovenes prometedores más la experiencia de Ruud Krol, un central holandés monstruoso, estar a dos puntos de la Juvemerda (once more) a dos jornadas del final y peder en San pAolo, una vez más el choque directo en un partido dónde la potra bianconera marcó la diferencia.

Tras tres temporadas anónimas, en verano del 1984 el fichaje de Maradona con la poca calidad (excepto Daniel Bertoni y Salvatore Bagni) a su alrededor. La temporada acabó con el Nápoles en octava posición.

Pero al final de aquella temporada, por fín, Ferlaino contrata un director general con cara y ojos. Llega a Nápoles, Italo Allodi, un personaje éticamente discutible, pero con capacidades directivas fuera del cómún y un adelantado para los tiempos, nada más y nada más y nada menos que el arquitecto de la Grande Inter de Helenio Herrera.

Se empiezan a fichar gente muy buena y que no había ganado Nada (Giordano, Carnevale y De Napoli los fichajes más destacados) en un momento fin de ciclo de la Juve y antes del inicio de los años importantes del Milan berlusconiano.

El Nápoles que gana el primer scudetto tiene una mezcla de jugadores muy buenos y de jóveneves emergentes, mientras que los clubes históricos están en una fase de transición. Allodi enferma cuando el Nápoles ya está lanzadísimo y en su lugar Ferlaino da plenos poderes a otro personaje archiconocido cuyo nombre es Lucky Luciano Moggi

Maradona & Co ( o & CoCa) , según muchos téstigos e investigaciones policiales y judiciales se dejaron escapar voluntariamete la liga 87-88, pues quien movía el cotarro de las apuestas clandestinas no tenía dinero para pagar la spuestas que daban el Nápoles ganador de aquella Liga. La coincidencia es que los señores corredores de apuestas son los mismos proveedores de chicas que fuman y polvo blanco para Diego y algunos de sus compañeros del equipo.

Gana la Uefa 88-89 y la liga 89-90 con robos al Milán y lipotimia de Alemao e Bérgamo y 2 puntos por sanción disciplinaria con un trio de jugadores extranjeros que serían la envidia de cualquier otro club de Europa (D10s, Alemao y Careca), más varios titulares o suplentes de lujo de la selección italiana.