Comentario publicado el 12/03/2017
Achacar la pérdida del partido de hoy (Deportivo-Barça) a la ausencia de Neymar (este recibe esté, no esté, o salve a un autobús escolar de caer por el puente del Golden Gate), la presencia de André Gomes, la falta de actitud (¿?) o cada cual a lo que más guste, me parece errar muchisimo el tiro, sinceramente.
Tenemos que aceptar que lo de hoy es nuestra ‘normalidad’ dentro de esta temporada; que somos un equipo que va justito de fútbol (juegue quien juegue), tremendamente irregular, sin una idea de juego clara, al que le cuesta muchísimo elaborar y que sufre muchísimo tanto con la presión adelantada como con balones a su espalda. Un equipo además colgado de los huevos de un tipo que está ahora mismo a su nivel más bajo desde que debutó con el primer equipo. Que sí, que todos disfrutamos como enanos del partidazo ante el Celta y nos corrimos de placer el miércoles… pero hay que asumir que eso fue la anomalía; que nuestra realidad es Riazor, Anoeta, el Villamarín, el partido del Leganés en casa, y un excesivamente largo etcétera. Es lo que hay, y esto no va a cambiar a estas alturas, mal que nos pese.
¿Quiere esto decir que no vamos a rascar nada este año? Pues hoyga, no; al fin y al cabo, estamos a cinco partidos de poder ganar la Champions, hemos visto de qué son capaces estos cabrones el día que les da por ahí… y lo mejor: ni siquiera hace falta que los cinco partidos sean buenos, para campeonar. ¿Y la liga? Pues hoyga; en el torneo de la regularidad, es complicado que un equipo que carece de ella triunfe. Pero pasan dos cosas; que este equipo ha logrado hasta ahora aferrarse a la liga a pesar de todo, y que tu rival directo da la misma o incluso más pena que tú.
Así que sí: se puede ser optimista y a la vez pensar que el equipo deja muchísimo que desear. Cosas de la regadera cósmica.