El Barça, en poco más de un mes, ha pasado de que cada partido sea un problema, y algunos un drama, a que sean una exhibición. Ese cambio, espectacular en mi opinión, se ha dado en muy pocos partidos pasando de críticas muy ácidas en los partidos contra el Leverkussen, Sevilla y Rayo a alabanzas sin límite, sobre todo desde el partido del Bernabéu. No seré yo quien rebaje la euforia porque, la verdad, el nivel que ha demostrado el Barça en estos últimos dos o tres partidos ha sorprendido a la propia organización.
Y es que ayer el Barça pasó materialmente por encima de la Roma del franco-andaluz, Rudi García, que intentó una propuesta arriesgada teniendo en cuenta el nivel del actual Barça. La defensa adelantada y la presión media a la salida del balón hizo que el Barça jugara a placer y que al cuarto de hora de partido tuviera ya el partido decidido. Y es que ayer, al nivel que demostró el Barça, pocos equipos, quizá solo uno, le hubieran podido hacer ni siquiera cosquillas con un tridente recompuesto tras la recuperación de El Más Grande.
Comencemos pues por los goles, que son muchos. A los diez minutos de partido, Neymar busco el espacio que dejaba la defensa adelantada de la Roma y encontró a Alves en su banda que, solo, cedió a Suárez que marcó a placer a pesar de que se le fuera un poco el control.
Poco más tarde, en el minuto 17;14, y como particular homenaje, Leo, El Más Grande, marcó tras una gran jugada colectiva que finalizó con una triple pared del tridente que remató Messi como le gusta, con una picadita.
Al borde del descanso, y tras un córner, le llegó un balón suelto en el área a Suárez que, mostrando sus cualidades de killer, empalmó con un derechazo que se fue al fondo de la red.
Poco después de iniciarse el descanso y, también tras otro córner, fue Piqué el que se fue sin disimulo hacia la portería de Szczesny, y tras una nueva combinación entre el tridente, acabó rematando el cuarto. Impagables los tweets posteriores del infant terrible oficial de la plantilla.
El quinto llegó de nuevo tras una combinación entre los tres de arriba que finalizó Messi en dos remates y el sexto, lo marcó Adriano de fuerte chut tras un extraño penalti mal lanzado por Neymar. Nobody is perfect.
Como el culé es como es, ahora, la preocupación es “cuánto durará esta forma” o “ya veremos qué pasa en enero”. Mi consejo es que disfruten del momento y que, cuando lleguen los problemas, que seguramente llegarán, ya hablaremos de ellos. No seamos cenizos.