De momento, dejando al margen los grandes despachos especializados en infraestructura deportiva como HKS, AECOM o ARUP (encargada por ejemplo del proyecto de ese abominable esqueleto de hormigón que es el nuevo Mestalla) que se sabía que iban a estar ahí sí o sí, sí que me sorprende un poco el ‘perfil bajo’ de los arquitectos con los que van de la mano. Desde luego alejadísimos de los del concurso del antiguo Nou Camp Nou, con premios Pritzker como el propio Foster o los japoneses Sejima & Nishizawa, o de gente del prestigio de Herzog & De Meuron o Carlos Ferrater.
Supongo que al final, eso de ‘dime con quién andas y te diré quién eres’ es algo que se aplica en todas partes…
La otra cosa que me sorprende es que el Camp Nou y el Palau vayan a ser dos proyectos totalmente ajenos el uno del otro, algo absurdo teniendo en cuenta su proximidad ‘espacial’ y ‘temporal’, y sobre todo que van a formar parte de un conjunto (el tan cacareado Espai Barça). Esperemos que al elegir ganador de uno y otro, el jurado del concurso (supongo que este sí será el mismo) tenga en cuenta cómo van a ‘dialogar’ ambos recintos; tanto desde un punto de vista estético como funcional. Si no, apaga y vámonos.