Cuatro de la tarde, un sol de justicia en Córdoba y apenas unas gotas del líquido elemento sobre el terreno de juego. Esas fueron las condiciones en las que se planteaba ayer uno de los duelos decisivos de esta Liga. Los impedimentos retrasaron cuarenta minutos lo previsible, pero a partir de ahí, el Barça fue un devastador huracán que se llevó por delante los despojos de un equipo que ayer certificó su regreso a los infiernos de la segunda división.
Previsor, Luis Enrique planteó el partido sin concesiones y plantó en el Arcángel su equipo titularísimo. Los jugadores, sudorosos, se tomaron el envite con calma chicha hasta que se dieron cuenta que, a ese ritmo, hasta el Córdoba podía subirse a sus barbas y allá por el minuto treinta de juego, comenzaron a apretar el acelerador. Antes ya había fallado una ocasión Neymar, tras un gran pase de Alves que ayer estuvo sembrado pero fue Messi el que tomó el mando de las operaciones cuando vio el cariz que estaban tomando los acontecimientos.
Así, en una jugada de insistencia vino el primer gol: Suárez controla un balón pifiado de Alves, cede a Messi y éste le da un caramelo a Rakitic para que le de con todo el alma y perfore, por fin, la portería cordobesa. A partir de ahí, todo fue más fácil. En el segundo minuto del descuento de la primera parte fue Iniesta el que recibe un balón, ve el desmarque en carrera de Suárez y le asiste para que el uruguayo defina el gol y el partido.
Prácticamente, en la primera jugada de la segunda parte, de nuevo Alves envió un centro medido para que cabeceara Messi su primer gol de la noche. Poco después, fue Suárez quien recibió un buen balón para rematar de nuevo de cabeza: fue el 0-4. Para acabar el inédito hattrick de goles de cabeza, Piqué cabeceó un córner espléndidamente sacado por Rakitic.
Tras el 0-5, oleada de cambios pensando en el Bayern. Esta vez reservó a los dos interiores y a Machete pero el equipo seguía como un huracán. El 0-6 fue de Messi en una jugada que resolvió en el área anticipándose a Neymar tras un claro penalti a Suárez. El 0-7 fue de penalti, esta vez sí, que cedió (hola cani) Messi a Neymar y éste se lo agradeció marcando. El 0-8 sirvió para que Suárez completara su primer hattrick en el Barça al recoger una pelota desviada tras un buen disparo de Xavi.
Esta Liga se ha convertido en un duelo, ayer bajo el intenso sol de Andalucía, entre dos equipos que es difícil que pierdan puntos en los partidos que restan a pesar de que al Barça le queda un duro hueso en el Calderón. Ahora no hay tiempo para mirar atrás, es tan apasionante lo que queda por delante que lo ocurrido ayer es historia, casi prehistoria. Afortunadamente, el Barça está un momento de juego fantástico y, con un poco de suerte, puede ganar títulos importantes esta temporada. Pero falta mucho, ahora estamos en fase de no perderlos.