La exhibición que dio ayer el FC Barcelona en el Parque de los Príncipes es de las que hará historia. Es cierto que nos hemos acostumbrado a jugar la máxima competición europea todos los años pero noches como la de ayer, en los años ochenta, hubieran dado para programas enteros de Aquest any cent! Ahora, afortunadamente es un día más en la oficina.
Porque ayer el Barça tiró de experiencia y, sobre todo, de calidad con solistas que condujeron la orquesta de una forma magistral. Qué decir de Messi que, no estando en su mejor momento, dio el primer aviso con un zurdazo al poste y la asistencia para que Neymar abriera el marcador y sobre todo, la gran noche del charrúa, que se ha doctorado en la Champions con dos grandes partidos, el primero en Manchester y el segundo, magnífico en París. Busi fue ese pegamento que junta las líneas culés, Machete estuvo sobrenatural al corte y Piqué estuvo, sencillamente, perfecto.
Pues eso, que por muchas ganas que le puso el PSG al partido, el Barça le demostró casi de inicio que no tenía nada que hacer, con suficiencia, con maestría, y, sobre todo, con saber hacer. Así, poco a poco, fue domando a la fiera y Messi, como hemos dicho, soltó el primer picotazo. Poco después vino el veneno: una buena recuperación de Busi que asiste a Messi y éste divide a Neymar con espacio. El brasileño define como corresponde a su calidad y abre el marcador.
Después hubo control y alguna jugada en la que Machete se jugó la pierna para evitar el empate de Cavani pero eran jugadas aisladas, de empuje pero sin juego.
La segunda parte fue de dominio total y, para colmo, a causa de la lesión de Iniesta, salió del banco un tal Xavi von Karajan a acabar de hundir las posibilidades de los franceses. Así fue. Solo faltaba materializar y la ambición de Luis Suárez puso el resto. Primero en una jugada en la que retrató a Luiz se fue como un torbellino por la banda, recordando a aquel gran Eto’o del Olímpico de Roma en 2009, y marco el segundo gol de la noche. Poco después, y a pase de un adelantado Mascherano, volvió a ortear(?) a David Luiz y se fue cara a barraca definiendo por la mismísima escuadra, tan ajustado que creí que se marchaba fuera.
Después hubo un pequeño contratiempo con el auto gol de Mathieu que salió muy frío al campo pero sin ensombrecer ni un milímetro la gran noche que estábamos viendo.
El Barça ayer dio un gran paso para estar en el sorteo de semifinales el próximo 24 de de abril, y sobre todo, dio un golpe fuerte en la mesa dedicado a todos aquellos que no daban un duro por el equipo de Luis Enrique. A partir de ahora se merecen todo el crédito hasta el final de la temporada. Se lo han ganado.