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Yoyalodije

Adiós… a muchas cosas

Los sujetos más reaccionarios de la sociedad tienen todo el día en la boca palabras que le son antinaturales como “democracia” o “libertad”. Cuestión de tapar con hojarasca y cháchara artificial lo que realmente son. No falla: dime con qué taladreas y te diré lo que realmente eres. Todos conocemos ejemplos.

De la misma manera, la Juntuza que nos ha tocado padecer está todo el día (ellos y sus vasallos lamedores de escroto y vendedores de sandwicheras) cantando las bondades del “més que un club” y “el valor de tenir valors”. Pues bien, estoy hasta las pelotas de tamaña mentira. El Barça no es més que un club. Por mucho que lo repitan hasta la saciedad, como un slogan sin gracia matraqueado en horario de teletienda. El Barça es un club más, sin personalidad, sin principios, sin objetivos ligados al deporte y sin referentes morales. Y lo dice un culé que jamás dejará de serlo, pero fijemos los conceptos y no hagamos trampas al solitario. Eso sólo lleva al automarketing, al frenopático y el onanismo.

Adiós al compromiso con las libertades. Un club que en período de guerra hacía giras por América en favor de las libertades de la República, hoy se ha convertido en la plataforma malpagada del lavado de imagen de una teocracia repugnante, especulativa y cortoplacista como la qatarí.

Adiós al compromiso con la catalanidad. Un presidente que utiliza el folklorismo català de espardenya i aromes de Montserrat (y de segunda equipación cuatribarrada de populismo indoloro). Y por el otro lado formando parte de todos los lobbies y Puente Aéreo habidos y por haber para boicotear el derecho del pueblo a decidir. Un tipo capaz de ausentarse en el 11-S, que sólo hace política cuando lleva tejanos, pero que cuenta entre sus amistades y compañeros de pasillo a interfectos como Florentino, Lara, el Conde de Godó y demás carroña nada sospechosa de reventar las libertades catalanas.

Adiós al espíritu polideportivo. De ser un club-homenaje al deporte, con múltiples secciones profesionales y vocacionales (un club, señores, esto se supone que es un club!!), a mantener a los Toiss a costa de dejar sin hobbie a tantos enamorados del deporte. Cuestión de prioridades. Que se lo digan a la manga de ladrones-asesores que pululan sin oficio ni beneficio por el palco y pasteleos orquestados por el tonto útil Bernat Soler.

Adiós a la universalidad. Sectarización del club invocando al fantasma siberiano y una masa social repleta de espíritus pequeños, acomplejados, que huelen a viejo y que piensan que saben de fútbol con el “xutaburru”. Mediocridad manejable y cada vez con menos peso. Ni relevo generacional, ni relevo ni ideas, ni nada de nada. Portazo, cerrojo a cal y canto, y a bailar el vals los cuatro que se hayan quedado dentro mientras Faus, Freixa, Momio & Co dirigen la velada lobotomizadora.

Adiós a la estructura de club. Como nos dirigimos a la Sociedad Anónima no hace falta seguir con el rollo de club social de propietarios. Encajes de déficit en los estatutos, judicialización del club, prostitución de la entidad con marcas comerciales de dudosa reputación, discurso economicista por encima del deportivo, cálculos de amortización de nuestros jugadores, elites revoloteando por el Camp Nou. Blanco y en botella, señores. Los “sosis” pasaran a ser pequeños accionistas y todos (¿) contentos.

Adiós a los símbolos. Y esto no es un ajuste de cuentas cruyffista (de esto, ya no vale la pena ni hablar). Hablo de emblemas como Abidal. “Més que un jugador” que fue expulsado del supuesto “més que un club”. Un tío que lucha contra un puto cáncer para volver a enfundarse nuestra zamarra. Pues a la rue, mon ami. El valor de tenir valors!!!

Adiós a los niños. El estoque final. El club que nos decía que buscaba la experiencia de ir al fútbol en familia a las cinco de la tarde. Pues te jodes, niñato. Pagas para ir a las 22h. O si no te haces de los Boixos y te lo dejamos por un módico precio-amigo. Como siempre, y siguiendo la tradición de una actitud cobarde hasta la náusea, tenemos el parapeto de la legislación. Como si no existieran fórmulas de asignación de localidad a coste cero. Es una cuestión puramente de voluntad. Y se ha decidido cobrar a los críos. Y punto. Y en todo caso podrían haberse acogido a moratorias legales como la del Palau Blaugrana y la Euroliga. Ahora Rosell dice que lamenta lo de los niños. No para de lamentarse de cosas desde que es presidente. Pobrecico.

Y ya paso de entrar en temas como Ailanto, Viagogo, la presidencia de honor, la pésima gestión deportiva e institucional, las visibles taras intelectuales y éticas de la Juntuza y un larguísimo etcétera porque eso no tiene nada que ver con la destrucción espiritual de nostroclum que nos ocupa. Eso ya tiene que ver con que son una mediocridad maloliente e indigna.

Ale, ya he dejado la cagarada. Perdón por el tocho. Si realmente tuviera uno, se lo lanzaba al tarro de alguna de las mentes maravillosas que parasitan Arístides Maillol.