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Yoyalodije

Som-hi Barça

Lo que quiero ver hoy es un equipo cabreado al meter el primer gol, como pensando “por qué coño no fuimos a por ésto en la ida”. Después quiero ver que ese cabreo aumenta con el segundo gol, que sientan su orgullo picado por apenas empatar una eliminatoria en que un gol contrario les obliga a meter el doble todavía. Quiero verles marcar el tercero e ir corriendo a recoger el balón de dentro de la portería, querer más, por saberse débiles atrás y reconocer que la mejor fórmula que el Barça haya jamás conocido es atacar, atacar y atacar desde el balón y con el balón. Quiero que el cuarto les dé cierta satisfacción, que aprendan del sufrimiento vivido y obtengan una recompensa momentánea, reconociéndose como equipo, retomando viejas sensaciones y comprendiendo que la única manera de terminar el partido es yendo a por el siguiente gol como si no hubiera más encuentros en toda la temporada.

Quiero ese respeto por el rival, que se traduce en darlo todo para meterles el máximo número posible de goles, reconociendo su buen partido en la ida, pero poniendo una pica en campo propio reivindicado el cetro de mejor equipo sobre el césped: aquel que se esfuerza hasta el último segundo del partido, . La celebración debe llegar sólo a partir del quinto gol y debe ser con la afición, a la que se le debe agradecer el apoyo en los malos momentos y el saber esperar a que vuelva lo que nos hizo eternos: nuestro estilo irrenunciable. Un estilo que, por su dificultad, sólo es posible desarrollar con un convencimiento mental y un derroche físico extraordinarios.

Somos nosotros -no lo olvidemos-, la afición, los garantes y los guardianes de la fórmula del éxito. Conviene recordarlo en los malos tiempos. Es el gran triunfo y el legado de los grandes revolucionarios del balón que hemos podido disfrutar en este club. Ellos estaban ya convencidos de su idea ganadora; lo que realmente costó fue convencernos a nosotros; y esto no se produjo hasta hace muy poco, quedando incluso alguno aún receloso, anclado en los viejos temores. Por ello es importante que la afición recuerde siempre esta fórmula y, en definitiva, recuerde nuestra historia, para que sepa exigir siempre a sus jugadores, a sus técnicos y a sus directivos que este club es tan grande que sólo aspira a la máxima dificultad para conseguir los triunfos de la mejor manera posible. La que mejor sabe.

¡Visca el Barça!