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Tensión es la palabra

Siempre hay, al menos, un partido como el de hoy contra Osasuna en cada Liga. Me explico, un partido que a los jugadores e incluso  a más de un aficionado le gustaría ya haber jugado, y haber sumado los tres puntos, porque nadie piensa en él sino en el partido siguiente, en este caso la semifinal de Copa contra el maligno. Yo, por contra, quiero reivindicar lo contrario, me gustaría dar importancia a un partido que va a ser más complicado de lo que muchos esperan. Osasuna está en puestos de descenso y el Barça lleva una importantísima ventaja en la cabeza pero la descompresión tras el gran partido de La Rosaleda puede ser un problema en la tarde de hoy.

Los precedentes este año de partidos sin tensión nos deben servir de advertencia, y ambos curiosamente en el Camp Nou, contra el Benfica en Champions y la ida en Copa contra el Málaga. Contra el Benfica no hubo mayor problema puesto que el Barça ya se había clasificado primero en la liguilla de Champions, pero el partido acabó complicándose y al final se dio uno de los peores sustos de la temporada al chocar Messi contra Artur, el portero brasileño del Benfica que dejó al Camp Nou sin habla durante muchos minutos. Por su parte, el partido de ida contra el Málaga en el que también se salió al campo sin la tensión debida provocó la necesidad de ir a quemar las naves a La Rosaleda. Salió cara pero la diferencia entre ambos equipos hacía prever una eliminatoria algo más cómoda.

Por eso hay que pedir tensión al equipo, y la tensión comienza con la alineación titular de la que no haría saltar más de dos o tres titulares de la alineación de La Rosaleda,eso sí, muy pendientes de la evolución de las molestias de Messi. Quiénes no saltaban casi nunca sin tensión eran los Stoichkov y compañía del partido que recordaremos hoy, un Barça 8- Osasuna 1 jugado el 19 de febrero de 1994.

El Barça alineó ese día a: Zubi, Ferrer, Koeman, Sergi, Nadal, Amor,Bakero, Iván Iglesias, Txiki, Romario, Stoichkov. El partido se encarriló pronto con un penalti a Nadal que transformó Koeman. Amor, pasada la media hora de juego, soltó un zapatazo espectacular desde fuera del área que se coló en la portería de Roberto. En aquel Osasuna jugaban el gran Spasic, Jose Mari, Sánchez Jara y Christiansen, era como un banco de pruebas de Johan. Otro penalti, ahora a Stoichkov permitió a Koeman marcar de nuevo y llegar al descanso con un tranquilizante 3-0.

Luque (ex del Athletic Club), que salió en el descanso, acortó distancias en el primer minuto de la segunda parte. Mal negocio para Osasuna porque despertó a Romario y en veinte minutos reventó el partido con dos goles del habilidoso delantero que era y un tercero de falta. Quique Estebaranz y Stoichkov, nuevamente de penalti, redondearon la goleada. El Barça era un ciclón y fue una verdadera pena que la final de Atenas precipitara su  fin de mala manera.

Hoy pido tensión para este partido, al menos la suficiente para no meterse en problemas porque los partidos los carga el diablo y éste es para disfrutar. Para disfrutar mientras los otros se pelean, para limar asperezas con Valdés quien, pese a haber actuado mal merece una segunda oportunidad y sobre todo para seguir mirando a todos desde esta cómoda atalaya que tan nerviosos pone a nuestros rivales. Porque sí, el problema del maligno son los 15 puntos y cualquier atisbo de remontada pondría de nuevo la maquinaria en marcha, una maquinaria que anda preocupada en buscar culpables en el propio club. Que todo siga igual.