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Yoyalodije

La guía del buen culé

1. El buen culé exige que la plantilla cuente con 3 jugadores TOP por puesto. Cualquier otra configuración de plantilla es un desastre merecedor de dimisiones y/o mociones de censura, en función de la cantidad de jugadores TOP que falten.

2. El buen culé siempre es mejor director técnico que el actual director técnico. Él siempre conseguiría traer suficientes jugadores TOP a precio de ganga con lo que le cuesta al club un jugador mediocre fichado ese mismo verano. No es necesario que de nombres, a no ser que le paguen un 10% de lo que cobra el encargado del club de buscar este tipo de jugadores.

3. El buen culé no cree en la mala suerte. Sí se lesionan los 3 jugadores TOP que debería haber en plantilla para un mismo puesto, así como los 12 jugadores TOP capaces de desenvolverse en esa posición, no solo ha habido un grave error en la configuración de plantilla, sino que además hay que exigir la dimisión de todo el personal de servicios médicos del club, así como de cualquier sector colindante (encargados de saneamiento del vestuario, estilistas, mujeres de moral distraída que rodean el Camp Nou….).

4. El buen culé sí cree en la buena suerte. Cualquier gol que se marque a partir del minuto 85 y sea decisivo para la victoria del equipo es debido a la flor de su entrenador. Poco importa que el equipo haya tirado 95 veces a puerta, el portero rival salga como claro candidato al balón de oro o que el árbitro haya pitado 12 penaltis en contra y expulsado a todos los jugadores, técnicos y utilleros excepto al lateral derecho y a un media punta. Después de todo, esos dos jugadores que nos quedan en el campo, de hacerse una correcta configuración de plantilla, deberían ser jugadores TOP.

5. El buen culé siempre es mejor entrenador que el actual entrenador. Él siempre haría jugar a los jugadores más TOP de entre los TOP disponibles. Encontraría minutos para que todos jueguen y así no matar a ningún jugador por falta de continuidad. Además el buen culé agotaría los 3 cambios en el minuto 5, ya que vería claramente que jugadores no están dando la talla y los sustituiría mucho antes de lo que el entrenador actual es capaz de reaccionar. En el caso que durante dicho partido hubiera lesionados, habría que aplicar automáticamente la enmienda número 3.

6. El buen culé exige que haya siempre un 110% de aforo cuando se juega un partido en casa. Poco importa que se trate de un amistoso entre un combinado de enfermos de malaria y de tifus contra exjugadores holandeses del Barça de Gaspart. Si ve una sola silla vacía tiene derecho a pedir explicaciones oficiales, y esperará ansioso las dimisiones de encargados de campo, acomodadores y taquilleros del club.

7. El buen culé no permite que haya menos de 9 canteranos sobre el terreno de juego en cualquier momento, así como un mínimo de 28 en la plantilla actual. Además cada año se deben subir 3 canteranos desde el Barça B al primer equipo, todos ellos jugadores TOP preparados para debutar en una final de Champions contra el Real Madrid en el caso de que fuera necesario, haciendo un partido impecable. Eso obliga a las categorías inferiores a contar con un mínimo de 9 jugadores TOP por equipo, ya que es obligado que los chavales pasen al menos un par de años en cada categoría, ya que sino se les puede quemar.

8. El buen culé no admite que se falle una ocasión manifiesta de gol. Poco importa si el centro iba a 3 metros de altura, si el jugador se ha regateado a 7 defensas antes de chutar o si el portero la saca de la mismísima escuadra. Cualquier fallo de este tipo provoca automáticamente que el jugador deje de ser considerado TOP, lo que provoca un efecto dominó que afecta a toda la configuración de plantilla y se deben exigir dimisiones por ello.

9. El buen culé requiere de al menos una jugada de peligro cada minuto y medio. Cualquier otro ratio significa que el equipo está haciendo la pepa, existe un grave problema de actitud o que juega a balonmano. Además todas estas jugadas deben terminar, como bien aclara la enmienda 8, en gol. Cualquier partido en el que no se marquen al menos 60 goles significa que se ha perdonado al rival.

10. El buen culé no consiente que se cree una ocasión de gol en contra. Da igual que se tratara de un chute desde el centro del campo, un fuera de juego por 12 metros no pitado o un balonazo de su defensa que casi controla el delantero. Sufrir ni que sea una leve amenaza significa que ninguno de los defensas que hay sobre el campo son jugadores TOP, el portero directamente es un cono, y una vez más provocaría la serie de acontecimientos y dimisiones ya establecida.

11. El buen culé no perdona un gol en contra. Cualquier partido que no termine con nuestro casillero a cero significa que no solo los defensas y los porteros no son jugadores TOP, sino que la planificación ha sido desastrosa, el entrenador no sabe como defender, el cuerpo técnico al completo es una estafa, la directiva una chufa y lo más probable es que este año no se gane ningún título. De ocurrir no hace falta moción de censura alguna, pues por derecho legítimo los buenos culés pueden iniciar un alzamiento que arranque el club de las manos facinerosas que se han apoderado de él.

12. El buen culé jamás empata un partido. Es algo inimaginable, humillante al extremo, indigno hasta para equipos de regional como el Valencia o el Manchester United. Empatar significa que ese no es tu club, con lo que puedes dejar de seguir al equipo en el momento que se aprecia que la victoria es inalcanzable, como por ejemplo si se empata a 0 al descanso.

13. El buen culé no comprende el concepto de derrota. No es algo que pueda asimilar y ni acepta que podría llegar a ocurrir. Tal acontecimiento provocaría una reacción en cadena que haría que la zona cero de Fukushima pareciera un jardín de infancia en comparación al Camp Nou esa noche.