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Crónica

Ausencia de malicia

Si vamos por prioridades, en el partido de ayer, la máxima prioridad era ganar los tres puntos y conseguir mantener la importante diferencia de cinco puntos sobre el máximo/único rival. Así, la misión estuvo cumplida cuando sonó el silbato de Pérez Lasa . Se pudieron amarrar los puntos que hacen que el arranque de Tito Vilanova como entrenador del Barça sea uno de los mejores de la historia.

La segunda en orden era devolver la confianza del aficionado tras la decepción de Madrid. Una derrota en el Bernabéu nunca es plato de buen gusto para el aficionado culé y el Valencia era una buena piedra de toque para este nuevo Barça. Si bien la primera parte fue esperanzadora, aunque con el ya crónico problema de la falta de remate, la segunda parte, con la reserva encendida fue más preocupante y con síntomas de falta de confianza, especialmente desde el banquillo.

Una última prioridad era ya en el orden individual. Recuperar a Cesc sería una buena cosa, el de Arenys cumplió en parte aunque la falta de puntería en jugadas claras acabó por hundirlo. Este chico tiene que sacarse de la cabeza cuanto antes las ocasiones que falló contra el Chelsea porque aún puede darle mucho al equipo. La otra cara de la moneda fue Song, titular en un puesto clave como el medio centro, no solo hizo un buen partido sino que aportó al centro del campo de algo de la que carecía desde la salida de Touré: contundencia. Song es aire fresco para una plantilla que lleva unos meses algo justita de fuelle. Gran fichaje.

Respecto al partido, el Barça estuvo más que correcto en la primera parte, pese a presentar un centro del campo experimental, la chispa de los tres delanteros y su extraordinaria movilidad le dieron muchos problemas a la buena defensa valencianista. De hecho, pese al dominio, no hubo muchas ocasiones antes del gol más  allá de un remate de cabeza de Messi que paró Diego Alves sin dificultades. El gol vino tempranero en una jugada de laboratorio made in Vilanova, habían estudiado que el Valencia no tapaba bien el pico del área en los corners y prepararon una jugada para que Adriano probara el disparo. La jugada salió perfecta y se convirtió en el gol de la jornada. Esperemos que se prodigue más el brasileño. Después, Cesc la tuvo muy clara al rematar al poste una asistencia cruzada. El mundo se le vino encima al catalán y ya no volvió a ser el mismo.

La segunda parte se inició con una mala noticia, Alves se había quedado en el vestuario y le sustituía Alba, pasando Adriano a la banda derecha. Reconozco que el cambio no me gustó, si tenemos un lateral derecho suplente como es Montoya no entiendo porque el recambio de Alves sea cambiar tantas cosas para que salga Alba. Imagino que será cuestión de jerarquías, pero como concepto, no me gusta. De hecho el cambio le sentó fatal al Barça, y perdió la entrada por banda derecha de Adriano. Curiosamente la única ocasión clara de la segunda parte la tuvo de nuevo Cesc, tras jugadón del ayer inspirado Alexis, quien no tenía la cabeza en el sitio y disparó a las nubes. Roura/Tito se dieron cuenta y sacaron al espíritu de Cesc del campo por un Iniesta que tampoco aportó demasiado, quizás todavía afectado por la cara del compungido Ronaldo en la fiesta de la UEFA.

Todos esperábamos que saliera Villa ante la desesperante falta de malicia del equipo, pero salió Busquets que tampoco resolvió nada creando algo de desconcierto en los jugadores. Afortunadamente ayer los centrales estuvieron más que notables y consiguieron frenar las embestidas de un siempre hipermotivado Soldado. Una mini cantada de Valdés en un córner  pudo costar dos puntos pero, afortunadamente, Víctor Ruíz cabeceó un palmo por encima del larguero. Con esa ocasión se acabó el partido y un respiro fuerte se oyó desde la tribuna del Camp Nou. Era muy importante sumar estos nueve puntos antes del parón por selecciones, queda todavía mucho para poder enjuiciar el nuevo proyecto blaugrana, las sensaciones no son todas buenas pero algunas pueden solucionarse con un poco de tiempo, la peor,sin duda, la ausencia de malicia.

No puedo dejar de comentar las ridículas declaraciones del segundo ególatra más grande del universo que tienen a toda la prensa de cámara de Floper algo confusa. No saben si atacarle o defenderle, pero esta vez no tienen el objetivo claro como hasta el momento. No hace falta ser muy listo para pensar que el problema del cani es de ego, y que, probablemente esté ligado con la churricampaña pro-balón de oro de Casillas tras la pésima Eurocopa de Portugal. Es evidente que, pese a las victorias, el vestuario del Madrid está más quebrado que el suelo de los Monegros y que ese es el riesgo de tanta tensión acumulada. Esto tiene toda la pinta de un ataque de celos que provocará que el alcahueto Floper tenga que actuar de nuevo. Son tan previsibles.