No sé si fue la horrible segunda equipación, el sol de agosto o el síndrome del Sadar pero ayer, a los pocos minutos de iniciarse el partido, había algo que me daba mala espina. Lo cierto es que los jugadores ayer tuvieron tantas ganas en no parecerse al Barça que casi lo consiguen. Porque la primera parte fue desesperante y desconcertante pese a que la alineación fue titularísima con la única ausencia de Xavi sustituido por Cesc, un cambio que fue determinante en el partido.
El Sadar es un campo incómodo para este Barça. El público encima y la extramotivación de los rojillos hace que un desplazamiento a priori cómodo se convierta últimamente en una pesadilla (y no precisamente en Elm Street). No sé muy bien los motivos pero el equipo notó demasiado la ausencia de Xavi durante los 70 minutos que estuvo en el banquillo y convirtió el partido en un absurdo correcalles en el que Iniesta y Cesc hacían la guerra por su cuenta y Messi se encontraba perdido. Sería injusto no dar méritos al planteamiento de Medilibar y el extraordinario esfuerzo de los jugadores osasunistas que creyeron en la victoria desde el primer minuto adelantando la defensa hasta el centro del campo y haciendo una presión insoportable durante más de una hora de encuentro.
Pese a ello, el Barça se debió adelantar en una jugada en la que Messi, aprovechando los riesgos defensivos osasunistas, arrancó solo hacia portería en una jugada que anuló el línea pero que era claramente correcta.No fue la única vez que ocurrió. El fútbol suele ser así, y prácticamente en la jugada siguiente Llorente volvió a meter el dedo en la herida defensiva blaugrana y aprovechó nuestra debilidad en los balones aéreos para marcar un gol inmerecido hasta el momento.
El gol tuvo respuesta inmediata con una jugada en la que Iniesta remató solo ante su tocayo e inexplicablemente chutó a las nubes en una señal de que nada iba a ser fácil esa tarde. Poco después, un explosivo Tello disparó al poste, parecía que era cuestión de tiempo el empate pero no fue así. Osasuna fue ajustando poco a poco su defensa y simplificando mucho su ataque con balones largos hacia Lamah que complicaron demasiado el habitual juego del Barça que acostumbra a construir tras robos de balón en campo ajeno.
El inicio del segundo tiempo no transmitía nada mejor y el partido necesita cambios. de manera urgente Afortunadamente no se repitió lo del año pasado y Osasuna no metió el segundo gol por lo que todavía era posible la remontada aunque las sensaciones no hicieran pensar en ella. Pero los cambios fueron aire fresco para el equipo, un recuperado Pedro dio agresividad y fe al ataque y Xavi le dio el orden que el equipo pedía a gritos. La reacción fue instantánea y Messi liberado de la organización, volvió a su sitió y remontó el partido ante el desquiciamiento generalizado osasunista. El primer gol fue una combinación de fe e insistencia rematada por un Messi que se había puesto el equipo a los hombros y el segundo , el de la victoria, salió de una gran jugada de Alba, de las que esperemos nos de muchas, con una buena asistenca que Messi aprovechó con su pierna buena.
Los minutos finales fueron algo caóticos. El Barça no supo que hacer si seguir atacando y buscar el tercero o controlar el partido a través del passing game. Se quedó en el medio, lo pero que se puede hacer en fútbol Así Osasuna que para entonces ya jugaba con diez tuvo todavía arrestos y algún corner para poner en peligro una victoria blaugrana que finalmente se consiguió tras mucho sufrimiento, una victoria que te hace pensar.
La peor noticia de la tarde fue la lesión de Puyol quien materialmente se volvió a partir la cara por el equipo. Se habla de un mes de baja, un mes en los que solo podremos jugar con Mascherano y Piqué en el centro de la defensa. Es el momento de Song.
De un árbitro que sale maquillado al campo ¿qué puedes esperar? Pues eso, Muñíz Fernández es el friki del arbitraje español convirtiéndose en protagonista en todas sus actuaciones. Ayer estuvo fallón en los fueras de juego (ahí tienen culpa sus asistentes) y absolutamente caprichoso en el aspecto disciplinario. Expulsó a Tito Vilanova y a Flaño por quejarse y se pasó todo el partido haciendo callar a todos los jugadores de forma ostentosa para que las cámaras lo pudieran apreciar. Un tipo peligroso este Muñíz, que no contentó a nadie y que objetivamente y sin pasión, hizo un pésimo arbitraje para los dos equipos.
Me reservo lo mejor para el final. Si el Barça estuvo flojo en el Sadar lo del Madrid en Getafe es para hacérselo mirar. Jugadores con una baja forma preocupante y una defensa que, sin Pepe, hace más aguas que los camarotes del Titanic. La frase “Liga de Mierda” que tuvo cierto éxito la temporada anterior es un dardo envenenado para los que piensan que Barça y Madrid tienen que ganar todos sus partidos. El Barça, de momento, ha conseguido una buena e inesperada ventaja a las primeras de cambio, hay que seguir con el planteamiento inicial de 30 de 30, viendo cómo está el rival, puede llevarnos a un escenario inesperado: una ventaja de 7-8 puntos en el mes de noviembre.Hay que seguir mejorando.