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Yoyalodije

Parkingeddon (parte -2 de 2)

ADVERTENCIA: EL SIGUIENTE POST ES UN RELATO DE FICCIÓN QUE PUEDE HERIR LA SENSIBILIDAD DE ALGUNOS LECTORES. NO APTO PARA MOULOVERS.

[1974. En algún lugar ancho y lúgubre bajo el Santiago Bernabéu… ¡Qué coño, que han montado una mesa en el parking del estadio para reunirse, hala, a tomar por…!]:

Santiago: ¡Que alguien me explique que diablos hago yo aquí sentado bajo el estadio que lleva mi nombre junto a estas piltrafas sin señorío! [Mira con gesto impaciente a los presentes a ambos lados de la mesa] Uno no está muy de humor estos días. Tengo que hablar con el generalísimo sobre ejecuciones de emergencia, lo que nos hicieron esos once aquí fue de una rojez intolerable.

Benito: Cálmese, Don Santiago [sin mirar a Santiago siquiera], quien nos ha reunido aquí dice tener una solución a nuestros problemas. Escuchemos lo que nos propone y recemos para que no se nos acabe chollo.

Carlos: ¡Españoles [pausa]! ¡Franco [pausa]! ¡Ha…!

Jaime: [Interrumpe] Aún no, Sr. Presidente, aún no, espere un año o así.

Santiago: ¡[De los nervios] Bueno, pues al menos que me expliquen qué hacemos con tanto Gris y Verde militar junto!

Jaime: [Cansadete de Santiago] Son servidores nobles y fieles de nuestra patria España que velan por la seguridad de los miembros de esta reunión y para que esta se lleve a cabo.

Santiago: [Visiblemente molestito] ¿Y usted es?

Jaime: [Resignado] Jaime Milans del Bosch y Ussía, general de División, al mando de la Brunete y al servicio de España y el Generalísimo.

Santiago: [Buuuff! Ni os cuento!] ¿Milans? ¿Bosch? ¡¿Me está hablando catalán?!

Benito: Señores, sean pacientes!

Jaime: [Se levanta] ¡Oiga, que yo nací en Madrid!

Carlos: [Lloroso] ¡Arriba España!

Santiago: [Se levanta también] ¡A que le arreo una ost…!

[Encienden el televisor e interrumpe el pollo un tal Antonio]

Antonio: ¡Se sienten, coño!

[Se sientan, más por sorpresa que por canguelo]

Antonio: Miren estos-encillo: El Generalísmo está-n las-últimas…

[Carlos rompe a llorar. Se lo miran todos de reojo y con cierta vergüenza ajena]

Antonio: [Prosigue] Como les decía, el generalísimo está más pallá que pacá. La cosa es… yo me meto n-el congreso con la reglamentaria, les grito “¡Quieto todo-l mundo!”, dos tirillos al firmamento y todo queda-tado y bien atado.

Benito: ¿Está usted seguro de que con eso lo arreglamos todo?

Antonio: ¡Como que soy teniennnnnnnnnnnte coronel que es asín! Denme unos-iete años y todo irá rodado. ¡Ya verán!

[Se oyen unas risas forzadas de fondo, todos miran]

José: E-je-je-je, a-ja-ja-ja [tose], o-jo-jo-jo-jo [tos, gorgojo en cuello, escupe gorgojo] o-je-je-je-je [tos, arcada, vómito de cocido madrileño] a-ja-ja-ja, a-ja, a-ja…

José: [Se para delante de la mesa, aún de pie] …y el Barcelona, Campeón de Europa con siete canteranos…

Jaime: ¡Llega usted tarde! ¡Deme una razón para no hacerle fusilar!

José: ¿Qué tal un truco de magia?

[José separa ambas manos de su cintura]

José: Voy a verles a todos con los pantalones bajados.

[Jaime ordena a uno de sus soldados apresar al tal José. En tres segundos José se desabrocha y se baja los pantalones, dejando al descubierto unos calzoncillos de escudos del Real Madrid estampados. Los calzoncillos, cagados hasta transparentar y hacer bolsa, desprenden un olor tan letal que una niebla marronosa cubre la sala. La primera oleada de gas mata al soldado de inmediato].

José: ¡TA-DÁ! Yo les veo a ustedes… [les señala a ellos] con los pantalones bajados [se señala los pantalones]. Ah, y por lo de los calzoncillos, fue en el 0-5, que me cagué encima, y como yo los calzoncillos del Real Madrid no me los quito jamás pues…

[Jaime se levanta]
Santiago: Siéntese [a Jaime]. Quiero saber qué propone este madridista de bien. [José, asiente a Jaime, indicando a Santiago]

José: Volvamos atrás unos años. Estos rojos y separatistas salían de aquí escaldados 11-1 tras una amistosa visita a su vestuario… Me pregunto yo, ¿que ha pasado? ¿ Os habéis cagado como yo? ¿Eh? Bueno, veréis, alguien como yo…

Jaime: [Tapándose la nariz] Un tardón apestoso… [Risas mientras todos se tapan la nariz, menos Carlos, que sigue llorando]

José: [Molesto, pero no tanto como Santiago antes] Alguien como yo… Bueno, atended… Sé por qué os habéis reunido aquí debajo del parking. Sé por qué os da miedo sentaros en el palco: El Barcelona. Sí, el Barca con la c del imperio, le ha metido una manita al equipo de todos los españoles, desgraciadamente. ¿Johan Cruyff? Él es solo el principio. Y en cuanto al bigotudo de la tele [señala a Antonio], no es más que un puto pelele. De aquí siete años, en cuanto salga Su Majestad, el teniennnnnnnnte coronel acabará con los gayumbos más cagados que los míos. Creedme, reconozco a los cagones cuando los veo y… [Apagan la tele]

Santiago: ¡Proponga algo ya o me marcho, que este hedor no lo aguantan ni en la Siberia!

José: Es simple. Cargarnos al Barca.

Benito: ¿Si es tan fácil, porqué no lo has hecho ya?

José: Si eres bueno haciendo algo, nunca lo hagas gratis.

Santiago: ¿Qué es lo que quiere?

José: Ehm, quiero ser presidente del comité de árbitros. [Todos se rien, excepto Carlos, otra vez]

Jaime: Encima de hediondo, como una cabra.

José: ¡Y tú, catalán! Mirad, si no solucionamos esto ahora, eh, prontito, Jaime va a tener que pintarse su dictadura al óleo.

Jaime: [Cabreadete] ¡Hasta los huevos! [Se levantan él y sus tropas]

José: [Se levanta también y se baja los calzoncillos revelando un cordel que sostiene en la mano por un extremo. En el otro, la anilla de una granada metida en su culo] Eh, eh, eh, eh… No hace falta que me vuele el tercer ojo, además hoy no me he sentado en el W.C. aún.

Jaime: ¿Cree usted que nos puede mear en la boca de esta manera?

José: Si insiste…

Jaime: Voy a fusilarle a usted y a todas sus generaciones hasta el Neolítico, hasta el Jurásico si es necesario.

José: Miren, llámenme cuando se les pase la tontería a todos, aquí tienen mi tarjeta [Se saca los calzoncillos y los pone en la mesa, el hedor hace agonizar a la mayoría. Andando de espaldas, se va]

Carlos: [Sollozando] ¡Viva España!

EPÍLOGO

[José, ante una puerta blindada con escáner de retina. Se saca un glóbulo ocular del bolsillo y lo usa]

Voz sensual femenina de computadora: Bienvenido a CyberSpain Systems, Miguel Primo de Rivera.

[La puerta se abre. Con paso firme José atraviesa las diferentes secciones de investigación y desarrollo, hasta llegar al fondo a la izquierda, justo delante del W.C.]

José: Buenos días, becario. ¿Como va nuestro proyecto?

Jose Mari: [Cerveza en mano] ¡Estamous trabajando en ellou!

José: ¡Humm, veo que sus días en EUA le han cundido!

José Mari: ¡Y con ello me he ligado una Botella! ¡Los tengo bien puestos! ¡Je, je, je!

José: Bueno, bueno, explíqueme.

Jose Mari: Hombre, no es el momento. Eso sí, creo que la amo, pero esperaré hasta el matrimonio.

José: [Facepalm] Me refiero al proyecto, antontao…

Jose Mari: ¡Ah! ¡Je, je, je! Bueno, el primero fue de cero [se pausa y hace un canuto con los dedos] patatero. Utilizamos un cuerpo importado de Detroit para la reconstrucción cibernética, pero el tío se creía policía y vaquero de la tele a la vez. Dijo que se llamaba Murphy y que se volvía a Detroit. “¡Márche – se, señor Murphy, márche – se!” le dije.

José: ¿Y entonces?

Jose Mari: En esas que un tío me da un brazo como de esqueleto mecánico y un chip, un microprocenosequé, maicroprosessor en perfecto inglés, para el cerebro me dijo. Con eso hemos construido el prototipo 101.

José: ¿Pero que coj… y de dónde salieron esas piezas? ¡Y deje la cerveza ya, coño! [Hace el gesto de quitársela]

Jose Mari: ¡Dé – je – me que las be – ba trannnnnquilo! Le diré lo mismo que me dijo aquel tipo a mí: “No pregunte”.

José: Vamos a ver, supongamos que funciona. ¿Cómo le llamaremos?

Jose Mari: He pensado en algo inofensivo y que pase desapercibido: ¡Una flor! ¡De flor – Florentino – Florentinator! ¡ Lo arreglará todo en un decir “¡España va bién!”!

José: [Moral por los suelos] Voy al W.C.

Jose Mari: ¡Márche – se, señor Plaza, márche – se! ¡Jeeeeeee, jeeeeeeeee, jeeeeeeeee!