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Crónica

Pinto pinto, gorgorito…

¿A qué se debe el título de esta magnífica (?) crónica? Principalmente a dos motivos, a saber:

1. (este es uno) Valorar, ponderar, exaltar la figura de José Manuel Pinto Colorado, ahora de nuevo noticia por su titularidad facilitadora de zamoras para nuestro grossérrimo Valdés. ¿Y por qué valorar al gato con la peluca más excelsa de primera? Porque siento que la afición no lo hace en su justa medida… hay que recordar que el gaditano posee un zamora de su etapa en el Celta, tantos como el mejor portero de la historia del fútbol (?) San Iker Pajillas, que podría haber acabado de titular en un Valencia, un Atleti o un Sevilla y prefirió asumir la suplencia de Valdés, comportándose desde entonces modélicamente, sin alzar la voz, haciendo equipo y dándonos un título, la primera copa de Guardiola… ¿que no sabe jugar tan bien con los pies como Víctor? ¡Toma! Y Víctor no sabe rapear como Pinto.
2. (otomáticamente este es dos) La actitud de la culerada en estos partidos, a sabiendas del cambio de entrenador, por mucho que el continuismo sea evidente, son demasiados los rumores, los dimes y diretes, para que la afición no esté deshojando la margarita del fichajismo. ¿Quiénes se irán? ¿Quiénes llegarán? Algunos apuestan por una renovación profunda y cantan por lo bajini el pinto, pinto, gorgorito… qué jugador está más podridito… para ellos y para los que apuestan por la continuidad de la plantilla, la respuesta a principios de agosto… tan largo me la fiáis… ¿y que quieren mis Don Juanes si esos son los plazos?

Después de la introducción, el partido… otro más en la cuenta regresiva, contra los voluntariosos muchachos de Pellegrini, el Barcelona desplegó su juego utilizando el 4-3-3 con el que parece que morirá nuestro Pep, ¿en contraposición del 3-4-3 al que tenderá Tito?

De los interrogantes que hablábamos parece que se va despejando el affaire Alves… cuando el río suena… y es que entre tanto rumor interesado no se sabe si se le quiere vender porque no está o no está porque se le quiere vender. El que sí parece dedicado en cuerpo y alma a acallar agoreros es el amigo Pedro, que partido a partido deja entrever que lo suyo fue culpa de la baja forma. El interrogante Cesc está más decidido a no despejarse aún, otra actuación fantasmal del repescado que parece empeñado en mantener todas las dudas posibles sobre su persona. Y Afellay, ¡Ay Ibi! Suspiran las buenas mozas yoyeras, ahora sí jugando en su puesto natural, adiós extremo hlebiano, hola suerte de heredero de Van Bommel, Davis o Cocu (ojete que me refiero a la posición, no a la calidad) que prepara a marchas forzadas sus oposiciones a Keite, igual de bueno, igual de musulmán, más blanquito, ¿menos dotado? Habrá que preguntarle a Oskarra o Zephyr, más habituados a la mensura paquetal a ojo de halcón. Y Bartra jugó para cumplir la profecía de Maldito y… ¿esto es todo? ¿Estás seguro de que no se te olvida nada sustituto gayer y pocomontero del mono sabio? Pues no, no es todo, nos pitaron dos penaltis… ¿en contra? ¡No! ¡A favor! ¡Ah, que la liga ya está decidida? Qué más da, a los dos les benefician igual, bla bla bla, quedan desmontados los lloriqueos infundados, bla bla bla… Pero eso no era lo importante nois, no nos despistemos, lo importante, lo realmente trascendente dentro de este mar de intrascendencia es que el jugador que nunca será grande porque no ganó un mundial, ni un scudetto con el Pescara, ese poquita cosa de nombre Lionel, acaba de superar a Muller, y a todo bicho viviente, como mejor goleador histórico en una temporada. Pero no creamos que el putito lucha por el pochocho como cree la caverna, él lucha contra toda la historia, 68 goles le adornan, y aún le quedan tres partidos para pulverizar el record. Se acaban las palabras ante tal prodigio, y de paso, que reviente la Ronalda.

Pd.: la próxima crónica la hará el grosso de Bacteri, ¡albricias!

Pd. 2: Mientras tanto en la acera de enfrente celebran su liga, dan por muerto al Barcelona y se consideran nuevos reyes mundiales, pero mucho me temo que la historia aún no acabó, volverán los pasados tripletes a la cabeza de Floren a atosigar, a los cavernetes de tres al cuarto a callar y el portugueish maleducado y cobarde en su madriguera sus vergüenzas volverá a guardar.