El fútbol fue muy injusto anoche con el Barça. El equipo tuvo el control absoluto del partido durante 89 minutos y un solo minuto de descontrol. El dominio, las ocasiones e incluso una jugada polémica fueron todas en el área del equipo local que tan solo tuvo una consigna: que Messi no chutara a puerta. La falta de acierto de sus acompañantes y la solvencia defensiva de la línea de zagueros hicieron el resto. Ayer hubo casi un milagro en Stamford Bridge quizás mayor que el ocurrido hace casi tres años, pues que el Chelsea saliera vivo de la eliminatoria anoche y con serias posibilidades de pasar a la final deberá calificarse como de milagro.
El partido empezó y acabó igual con el Barça dominando el partido y el Chelsea defendiendo prácticamente en el punto de penalti. Así en la primera que los defensas se adelantaron, Iniesta encontró a Alexis y éste encontró el hueco y lanzó una vaselina que rebotó en el larguero de Cech. Fue la primera. Casi en la jugada siguiente la tuvo Iniesta quien , tras una jugada made in Messi, chutó para que se luciera el portero checo, el remate le vino franco a Cesc para que pusiera el primer gol en el marcador, incomprensiblemente la pifió de tal modo que ni siquiera encontró portería llegando a los pies de Alexis. Después la tuvo Messi con un cabezazo que paró también Cech. Punto y seguido fue Cesc el que probó al portero con un fuerte disparo. Era una cascada de oportunidades malogradas, el gol tenía que llegar necesariamente por pura repetición.
Cesc la volvió a tener unos minutos más tarde tras una gran asistencia de Messi, el de Arenys, solo ante el portero, la picó y Ashley Cole la sacó de dentro de portería. La falta de puntería y quizás el destino estaba castigando a un Barça muy dominador.Pero llegó el minuto desgraciado del partido, en el minuto 44 Messi se resbaló y pareció lesionarse. Un vuelco en el estómago colectivo en Cataluña y alrededores se llegó a detectar en los sismógrafos. La pulguita se tocó un par de veces el aductor y, afortunadamente, siguió en el partido. Xavi, aliviado y para probarlo le dio la bola para que iniciara un nuevo ataque pero probó un caño a Ivanovic que no le salió y el lateral salió disparado. Un buen pase a Ramires y otro bueno al lipotímico Drogba adelantó a los blues en el marcador con un chut en el que Valdes no estuvo a la altura de su homólogo dejando en el marcador uno de los resultados más injustos de lo que llevamos de temporada.
La lluvia comenzó a caer a manta y el Chelsea se reforzó anímicamente. Su trabajo en ataque ya estaba hecho solo quedaba defender…y rezar. La segunda parte comenzó bien con una jugada individual de Adriano que se atrevió a chutar aunque a las manos del portero. Después la tendría de nuevo Alexis que, solo ante el portero, la tiró fuera. El Barça comenzaba a notar en sus piernas el pesado césped mojado y cada vez buscaba menos la combinación y más la jugada de Messi que fue perfectamente neutralizada entre Terry y Cahill. Nos acercábamos al final del partido y el resultado seguía siendo muy injusto. Tocaba épica como hace tres años. En una falta al borde del área la tuvo el capi con un cabezazo hacia atrás que salvó de nuevo milagrosamente Cech y finalmente eN la última jugada del partido y en una deliciosa combinación entre Busi y Messi, el balón le llegó a Pedro que había sustituido a Alexis quien remató al palo. El rechace le llegó a Busi que tiró lamentablemente a las nubes. El mismo televisor, el mismo sofá y el mismo sitio pero esta vez no hubo gol en el último minuto quizás porque esta vez no sea necesario.
Es difícil pensar ahora en positivo después del palo que supone perder el partido de ida pero siendo fríos lo ocurrido ayer no puede calificarse de otro modo que un accidente. Como fue un accidente aquel primer partido contra el Numancia o el empate de este año en casa contra el Sevilla. El Barça debió ganar anoche y debió ganar bien. Un cúmulo de circunstancias, la buena defensa a los chuts de Messi y la absoluta falta de fortuna especialmente de los otros delanteros impidieron que el Barça se llevara el resultado que merecía para la vuelta. Faltan todavía seis días para el martes 24, y por el camino nos encontraremos con el Madrid que nos mantendrá a todos distraídos hasta entonces. Habrá que tener paciencia y no dejarse llevar por los sentimientos, al Chelsea anoche le salió todo bien y al Barça todo mal. Afortunadamente lo de Messi no fue nada y estará perfecto para conseguir este nuevo reto: rebelarse al destino.