Este partido no necesita de una previa. Los aficionados ya hablan de él desde que sonó por última vez el silbato de Erikson el pasado miércoles. Todo el mundo lleva días haciendo cábalas acerca de las alineaciones , de si jugará Cesc o Pedro , o si seguirá Puyol de lateral izquierdo o entrará Adriano. El partido no necesita de nadie que recuerde lo importante que es y lo difícil que es el rival que ha tocado en suerte. Por eso es tan bonito.
En un mundo del fútbol en el que todo importa menos el balón, la llegada de un Barça-Milan de cuartos de final de Champions te reconcilia con un deporte cada vez más embrutecido. Hace pocos días hubo un interesante debate en el Yoya acerca de una hipotética salida del Barça de la Liga española y muchos estuvimos de acuerdo en crear una auténtica Liga europea profesionalizada en la que, como en la NBA, se enfrenten siempre los grandes equipos de Europa con una organización superprofesional. Hasta entonces nos tendremos que contentar con estas pobres migajas que al final suponen un par de grandes partidos al año.
El Barça va a ganar al Milan esta noche. En primer lugar y fundamentalmente porque son mejores, tienen mejores jugadores y mejor entrenador y llevan practicando un fútbol fantástico desde hace casi cuatro años. En segundo lugar porque hoy no hay trampas, no hay tretas con el césped, hoy solo hay fútbol. Y en eso casi siempre es mejor el Barça, tan solo un milagro, un despiste como en el partido de Liguilla les puede dar una oportunidad a los milanistas. Y sobre todo porque tenemos a Messi. El mejor jugador del mundo no va a dejar pasar esta nueva oportunidad para volver a ser grande, no va a poderle parar ni Nesta ni nadie que se ponga por delante, hoy Messi va a volver a ser decisivo. Está en su naturaleza.
Messi es la creación de Pep, es su obra, su pequeño monstruo de Frankenstein. Pep cogió a un gran jugador y lo convirtió en el mejor jugador del mundo, tomó a un buen comparsa de Ronaldinho y lo convirtió en triple Balón de Oro. Pep es tan generoso que no quiere apropiarse de su obra pues su única intención es que el Barça lo disfrute el máximo número de años posible. El rosarino, pese a haber batido ya muchos récords inimaginables, acaba de empezar a hacerse grande. Esta semana el mismo Ferguson decía que daba miedo pensar a dónde va a llegar el argentino. La respuesta es simple, llegará donde él quiera, ese es su límite, su propio deseo.
Lo dicho, hoy no hace falta recordar eliminatorias anteriores, ni grandes partidos contra el Milan, hoy solo hay que recordar que tenemos a un pequeño genio que todavía quiere ganar muchas Champions, que su entrenador lo ha dispuesto todo para que esto sea así y que además está rodeado de los mejores centrocampistas del mundo que le van a abastecer de todo lo que necesite. No hay de qué preocuparse.