Los cínicos hablaron y pidieron igualdad de trato. Los tramposos abrieron el pico para decir que nunca hacen trampas. Los árbitros y los comités se asustaron y comenzaron a ser ecuánimes, muy ecuánimes. Tanto que en los dos últimos partidos en casa (Sporting,Granada) al Barça le ha expulsado a un jugador, además de pitarle 2 penaltis en contra. Tanto que ayer, en Mallorca, dejaron toda la segunda parte al equipo con 10 cuando iban ganando 0-1. Equidad es expulsar a un jugador por darle con el balón en el pecho, o porque le rebota el balón en la mano después de darle en la pierna. Equidad, justicia, igualdad conceptos vacíos de contenido en este fútbol español viciado de uno de los virus más mortíferos que se pueden dar en el deporte: la mentira. Y es que el Real Madrid al completo, desde su presidente hasta el último de sus empleados están presos del mayor tramposo de la historia del fútbol, José Mario dos Santos Mourinho Felix, el prestidigitador de las mentiras, el cínico, el cáncer del fútbol mundial.
Ayer el Barça no mereció sufrir tanto. Pese a que otra vez le plantearon un terreno de juego tramposo (es el hábitat en el que han vivido en todas las salidas) y las bajas motivaron salir solo con Mascherano,Piqué y Puyol en defensa lo cual fue una invitación a los delanteros mallorquines para que presionaran la salida de balón y buscaran los numerosos huecos que dejaban atrás. El centro del campo no mantenía el control y Thiago e Iniesta no podían tomar la batuta del encuentro. Tan solo Messi parecía crear peligro y en un despiste de la defensa mallorquinista se quedó en un mano a mano con Aouate que sacó con la cara el que pudo ser el 0-1. Alexis luchaba todos los balones con poco éxito y no se veía el típico juego blaugrana por ningún lado, fue entonces cuando invocamos a D10s… Una falta a Alexis la sacó Messi de tal modo que, sin que ningún jugador la tocara, se coló en la portería del Mallorca de forma algo inesperada. Fue un gol con efectos sedantes.
Después del gol, Pep reestructuró el equipo y pasó a defensa de cuatro con Busi de central y Thiago de medio centro. El Barça recuperó el pulso del partido y pudo matarlo con una jugada en la que Alexis se sacó un buen disparo que dio en el larguero y rebotó fuera de la portería. El Mallorca estaba ya bajo control, era solo cuestión de paciencia esperar que el Barça rematara la faena. Pero no tuvieron en cuenta la “equidad” de Ayza Gámez, el imparcial de la noche, como ya lo fueron Teixeira y Velasco Carballo y, en una jugada increíble en la que Thiago controla claramente con el lateral del pecho, sacó una segunda tarjeta amarilla al joven centrocampista y dejó con diez al Barça, por tercera vez en los últimos cinco partidos de Liga.
El partido volvió a cambiar y el Mallorca agradeció el regalo arbitral para envalentonarse y buscar el gol del empate. Pep fue prudente e hizo cambios muy interesantes, de gran entrenador. Primero salió el joven alicantino, Martín Montoya por Cesc y después Keita por Pedro, cambios que le dieron mucha seguridad al equipo, de tal modo que poco a poco se rehizo con Busi e Iniesta en plan estelar y llegó el gol de la tranquilidad en una jugada coral en la que participaron defensas y atacantes en la misma proporción, y, entre Messi,Puyol y Piqué remataron el partido con una jugada de alta precisión en el balcón del área local. Montoya tuvo el tercero, y también Tello que salió por Alexis pero el marcador ya no se movió, el trabajo ya estaba hecho.
El Barça ayer tuvo que sufrir demasiado para ganar este partido pero creo que Pep sacó muchas conclusiones, la prinicipal es que con un terreno de juego así es muy arriesgado plantear una defensa de tres porque el césped hace que pierdas muchos balones en el centro del campo y una pérdida se convierte en un uno contra uno contra nuestros defensas, y a veces dos contra uno, algo demasiado arriesgado a esta alturas de la temporada. Lo positivo es que Messi está y quiere ganar esta Liga y que Piqué parece que comienza a bajar de la nube de algodón en la que estaba y vuelve a parecerse al mejor central del mundo. Solo temo a los ecuánimes.