Se empiezan a detectar nervios en el ambiente por el tema Guardiola. No se preocupen, todo se solucionará pronto y para bien. Es verdad que los que adelantamos que su renovación se produciría antes de acabar febrero estamos a punto de ir a presentar un programa de videncia de madrugada en cualquier cadena televisiva de medio pelo.
El mensaje críptico de Pep antes del partido contra el Valencia no ha contribuido a disminuir la dosis de tranquilizantes que se están tomando algunos directivos – y aficionados – últimamente.
No se crean que el entrenador tiene mala relación con la directiva ( aunque algunos miembros de la Junta piensan que el triunvirato “Guardiola-Vilanova-Estiarte” son más raros que un perro verde), ni que haya jugadores con los que el técnico esté enfadado ( a pesar de que haya tenido que dar una pequeña colleja a Piqué y algún otro), ni que no quiera continuar sin Tito ( hipótesis que no se plantea nadie porque el segundo de a bordo va mejorando día a día en lo que se refiere a su estado de salud), ni que su mujer le haya pedido que lo deje ( si fuese ese el caso, que no lo es porque Cristina le quiere mucho como para pedirle eso, evidentemente no habrían llamado al Diario Troll para darles la primicia) ni nada de nada de las elucubraciones que se van publicando por ahí.
Nadie sabe lo que pasa por la cabeza de Pep, seguramente muchas cosas y muchos factores que valorar, incluso cosas que ni al más adelantado de los Guardiolólogos se le podría ocurrir. Pero lo que piensa el entrenador, uno de los nuestros, siempre es por el bien del Barça más que por el suyo propio.
Por eso, este año menos que nunca, no nos va a dejar en la estacada. No se irá ( aunque él no lo sepa al 100%) porque jamás abandonará el barco como un cobarde ni dejará que los calumniadores digan que huye de los 10 puntos de distancia de la Liga de Florentino. No se irá porque este verano la directiva le fichó a los jugadores que quiso ( Alexis y Cesc). No se irá porque sus jugadores no quieren que se vaya. No se irá porque no desoirá el clamor popular. No se irá porque puede ser bonita la próxima temporada sin Mourinho. No se irá porque… (pongan su motivo preferido).
Seguramente hay motivos para que Pep hiciese la gran butifarra y dijese “ahí os quedáis”. Se lo dijese a cierta parte de la prensa, a ciertos tertulianos que dicen ser del Barça pero que anteponen oscuros intereses mediáticos al bien del equipo y del club( ¿Como se puede ser tan ruín y hablar de vasallaje de la directiva a Pep? Si, eso dijo Minguella en Can Cuní), a ciertos directivos, sí, a esos que van locos por filtrar lo que cobra Pep a pesar de la clàusula de confidencialidad.
Esos motivos como mucho le quitarán algunas horas de sueño pero en ningún caso decantarán el fiel de la balanza hacia la marcha del Club, ese Club del que forma y formará parte para siempre.
No se preocupen, ya tenemos 3 títulos esta temporada, estamos en otra final ( y casi siempre las ganamos), pelearemos por la Liga, lucharemos por la Champions, seguiremos construyendo el mejor equipo del mundo, Pep se quedará hasta que él quiera y no habrá paz para los malvados.