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Yoyalodije

Dime con quién vas y te diré quién eres

Lluís Bassat se presentó en las elecciones del 2003 con unas cuantas muñecas rusas, de esas que encajan unas en otras y cuyo nombre no recuerdo ahora exactamente. Vino a decir que en la vida le habían enseñado a ir bien acompañado y que eso resultaba clave para ser un ganador. Tenía a su lado a Guardiola, a Miquel Roca y a Salvador Alemany, entre otros. La sala llena y todos los focos apuntando en una misma dirección. Se sacó el hombre aquel símil de las muñecas rusas en plan iluminado. No estuvo mal, pero, mira por dónde, acabó siendo superado por el mensaje más culer, más oportuno y más contundente de ‘Primer, el Barça’. Era evidente que el aire fresco de Laporta & cia convenció bastante más al soci que la inexperiencia de Guardiola, la excentricidad de Lillo y el escaso pedigrí futbolero de un buen publicista, que se volvió a estampar a la hora de venderse a sí mismo. Vaya palos que da la vida…

El escenario actual se parece poco al de hace siete años y, sin embargo, Rosell cada vez me recuerda más a Bassat. Percibo que, a cada minuto que pasa, la figura de Sandro pierde peso. Su intento por mantener las formas, conservar la diplomacia y marcar la línea de la campaña huele a fracaso. Y pienso yo que esta sensación quizás la tenga porque el candidato, además de ser víctima de sus propias limitaciones, haya podido hacer una pésima interpretación del símil sobre las matriuskas (ahora me ha vendio el nombre).

Desde los exploradores, hasta los mariscales tengo mis dudas de que Sandruscu haya elegido bien a su servicio de inteligencia. No sé si en catalán existe una ‘dita’ tan acertada como la que nos ofrece en este caso la lengua castellana, pero desde luego, me viene a la cabeza uno de mis refranes preferidos: “Dime con quién vas y te diré quién eres”. Pues eso, alibaba iba con 40 ladrones y, aunque él quisiera parecer otra cosa, no podía. Dicen también que “más vale solo que mal acompañado” y, desde luego, con algunos amigos como los que ha elegido Sandro, no descarto que pueda acabar estampándose como Bassat. Y, si no, al tiempo.