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Yoyalodije

Y al sexto año, apareció

Apenas habían transcurrido 10 minutos de partido y el inefable DembeLOL ya había perdido 4 balones. Efectividad del 100% pues ese era el mismo número de balones que había tocado hasta ese momento. Parecía el presagio de otra más de sus desesperantes exhibiciones en sus seis temporadas de azulgrana. Pero es Ousmané el jugador más indescifrable del fútbol mundial: a la quinta oportunidad que recibió, encaró a la defensa del Athletic y chutó con gran intención a la escuadra. Salvó Unai Simon y el rechace lo recogió Lewangolski para poner un nuevo centro al área que remató quien menos se esperaba. Sí. Él. Dembelé.

Fue el inicio de la misma tormenta futbolera en clave azulgrana que ya se había desatado frente al Villarreal. Y que nuevamente sentenció el partido en apenas 10 minutos. Llegó el segundo tras tremendo arranque ousmánico y asistencia para que la cabalgata de Sergi Tormento terminase con un chut que batía a Unai con la colaboración de Iñigo Martínez. Desatado el extremo francés, completó sus 10 minutos de fantasía con una nueva asistencia a Robert –el gol llama a su puerta. El polaco volvió a deleitar al público con otro baile nureyevsco para sentar a su marcador y batir por tercera vez a Unai. La competencia por la Bota de Oro con Haaland promete ser apasionante durante todo el año. De momento, el marcador se sitúa en 17 a 13 para el noruego.

Con los 3 puntos prácticamente asegurados, se podía permitir el Barça levantar un poco el pie del acelerador, pensando en el utópico milagro de Champions. No se opuso a ello un inoperante Athletic que ni siquiera hizo acto de presencia en el Camp Nou, excepto para sacar del campo a Gavi a golpes. Al igual que el Villarreal, su nombre infunde un respeto que los números desmienten: son ya más de dos décadas sin ganar en Barcelona. Don Honesto, en el regreso a la que fue su casa, trajo consigo el recuerdo de una sus inolvidables noches al frente del equipo azulgrana: mirando desde la banda, sin apenas reaccionar, como su equipo encajaba 4 goles, 3 de ellos prácticamente seguidos.

Quedó tiempo para fijarse en el excelente partido de Balde quien, con su zancada y potencia para secar a Nico Williams, apunta a adueñarse de la banda izquierda por varios años. No le anduvo a la zaga Koundé, cuya ausencia en las pasadas semanas parece que van a marcar toda la temporada. Transmite toda la seguridad y jerarquía que le faltó al equipo en aquellos fatídicos partidos.

Y como el miércoles pasado, la segunda parte sobró casi por completo. 45 anodinos minutos que recordará principalmente el joven Pablo Torres por su –intrascendente- debut y donde se pudo ver de nuevo al peor Ansu. Torpe y fallón. Y sin la chispa que pareció recuperar hace apenas 4 días. A cambio, se vio al mejor Yerrán Torres. Combinativo, rápido y hasta con acierto de cara al gol. Solo tuvo que aprovechar el hat-trick de asistencias que completó Dempelé, el MVP del partido. Ver para creer. Es el momento de aceptar una buena oferta por él.