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Crónica

En Abril, ligas mil

En apenas 10 minutos de calentamiento a Messi le dio tiempo a disfrutar de una larga jugada de ataque culminada por el llegador Aleñá y a la sentencia de Luis Suárez de penalti

 

Acaso mosqueado por las continuas preguntas sobre quien de los dos fichajes que sustituyeron a Neymar es más titular, Don Honesto optó por la solución salomónica: poner a ambos de inicio. La curiosa alineación y un espeso primer tiempo de un equipo con varios suplentes confirmó que pagar 250 millones por estos dos jugadores lleva camino de convertirse en el récord de mala inversión futbolística a perdurar durante décadas. O tal vez siglos: si Chutinho se parece cada vez más a su fugado compatriota (un partido decente por cada cinco malos) a Dembelé tras cada lesión le cuesta más volver a su punto de partida. Por lo visto hoy, ninguno estaría en condiciones de ser titular ante el Liverpool. Suerte tienen que la alternativa se llama Boateng.

Y es que ninguno de los dos fue capaz de imponer un mínimo del pavor que siembra Messi en los contrarios y el dominio absoluto de los blaugrana con la pelota se contrarrestaba en sí mismo con una nula profundidad ante el muro que plantó el Alavés. Un equipo que ya cumplió su objetivo hace varias jornadas y estaba más preocupado en buscarle un sustituto a Abelardo que en saber si en la portería azulgrana jugaba Ter Stegen o Cilessen.

Sin embargo, al poco de comenzar la segunda parte y tras ver a Messi en la banda despojarse de la parte de abajo del chándal, las piernas alavesistas se aflojaron inevitablemente como si vieran a lo lejos al jefe de los Caminantes Blancos: en apenas 10 minutos de calentamiento al capitán le dio tiempo a disfrutar de una larga jugada de ataque culminada por el llegador Aleñá y el gol que Umtiti le birlaba a Piqué, pero que el VAR convertía en penalti. También pudo observar que Luis Suarez mejora sus números como lanzador de penalties, cerrando un nuevo partido funcionarial del equipo, al tiempo que igualaba a Kubala como tercer máximo goleador de la historia del club.

La salida ya prevista de D10S solo se entendía como parte de un entrenamiento con público para no perder ritmo competitivo de cara a la eliminatoria contra el Liverpool. O tal vez por la famosa voracidad del argentino en busca de su sexta Bota de Oro ante el acoso de Mbappé. No marcó, pero aprovechó para ensayar posibles unos contra unos que a buen seguro culminará ante Van Dijk y Matip y ajustó el punto de mira, poniendo la cara de Allison Becker a Pacheco. Porque para entonces, el capitán ya llegará con su décima liga bajo el brazo. Y aún estamos en abril.