Categories
Yoyalodije

La importancia en la elección del entrenador

Sinceramente, creo que se le está dando excesiva ‘importancia’ al entrenador que vaya a venir… cuando pensándolo bien y dadas las circunstancias con las que se topará el nuevo técnico, a mí la decisión no me parece tan trascendental. La plantilla actual del Barça tiene dos ‘características’ muy marcadas y que lo condicionan todo hasta tal punto que el ‘margen de maniobra’ del entrenador es escaso: una, una columna vertebral de tíos con una trayectoria, un palmarés y una competitividad acojonantes, que en cierta manera conservan las (cada vez más escasas) esencias de épocas pasadas y señalan el camino. Y dos, obviamente, el tridente, que sabes que por motivos deportivos y no deportivos, son prácticamente inamovibles hasta en los partidos de costellada.
Esto hace que más allá de lo bien o mal que se hayan hecho las cosas, y pese que haga tiempo que el Barça dejó de ser un equipo ‘de autor’, por así decirlo, siempre se ha peleado por todo casi hasta el final; porque el ‘núcleo duro’ lo forman unos futbolistas que hasta dejándose llevar hasta un punto vergonzante (con Roura y/o el Tata) rascaron o estuvieron cerquísima de rascar títulos. Porque desde hace tiempo somos un equipo ‘de futbolistas’ más que de entrenadores, y porque encima la tendencia parece haberse ido consolidando en vez de lo contrario.

Ojut, tampoco quiero que se interprete esto como el célebre meme de ‘este equipo lo entrena cualquiera’. NO, a este equipo también hay que darle el ecosistema adecuado, tenerlo enchufado física y mentalmente, tener recursos tácticos para las trampas que nos pongan los contrarios… por eso quizá suenen nombres del perfil (bajo) de Unzúe o Valverde. Porque con el tridente y la columna vertebral del equipo entrando o superando la treintena, quizá no estemos para tipos de personalidad arrolladora y revoluciones tácticas; quizá estemos para intentar aprovechar de la manera más práctica y pragmática posible los últimos años del mejor jugador de la historia.

A mí, sin compartirlo ‘filosóficamente’, sí que es algo que me cuadra y a lo que le veo sentido. Después, claro, habrá que ver cómo sale…