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Crónica

Indigestión de boquerón

Primer tropiezo de la era Luis Enrique. Algún día tenía que llegar y ayer se daban los condicionantes para que ello suceda: dos partidos seguidos  fuera de casa en apenas tres días (único equipo de la Liga con esta circunstancia) y, sobre todo, un terreno de juego indigno, más propio del fútbol playa en el que, en tres partidos jugados,  únicamente ha podido marcarse un gol. A ello cabe añadir la intimidación de los Weligton, Sánchez y compañía que camparon a sus anchas con el tolerante arbitraje de Hernández Hernández que permitió el juego duro, especialmente a Neymar que, de nuevo, acabó el partido cojo. Es evidente que el brasileño tiene ahí su talón de Aquiles pues, en estos partidos, ciertos rivales le van directos al tobillo y, a partir de ahí, el jugador se difumina en el campo.

No quiero decir que no viera ayer errores tanto en el planteamiento como en su ejecución, pero sinceramente creo, que el de ayer fue un partido excepcional en muchos aspectos. A Luis Enrique no le ha dado tiempo para preparar jugadas ensayadas que son las que dan puntos en estos patatales. Es evidente que aquí el Atletico gana con gol de Godin o Miranda y el Maligno con gol de Ramos o el cani, pero todos de cabeza. Evidentemente, si renuncias a este aspecto del juego debes jugártela en campos como el de ayer, en el que si hubiera un verdadero juez en el campo no debería haberse jugado el partido.

Y después está Douglas, fichaje que costó 5,5 millones de euros y que evidente ha resultado carísimo. Imagino al presidente del Sao Paulo descorchando botellas de champagne tras su fichaje por el Barça. Ignoro los trapicheos que los okupas tenían pendientes con Traffic pero este jugador no tiene nivel ni para el Barça B. Cuánto añoraremos a Alves cuando lo echen en junio. No entiendo por qué fue titular el brasileño si no es para evidenciar el error de su fichaje. Gran fichaje para jugar la Copa Catalunya.

Del partido poco hay que decir. Poquísima circulación de balón, atasco en ataque pero sin agobios en defensa. Esa es la diferencia con el Barça del Tata. Probablemente ayer, con el Tatasistema, el Málaga se hubiera plantado un par de veces delante de la portería de Bravo y ayer, solo un error de bulto de Douglas, humillado por Luis Alberto, permitió sacar una falta en la que pudo finiquitar el partido el Málaga perfectamente. Luis Enrique lo vio claro y lo sustituyó (debió hacerlo en el descanso) por un Adriano que pareció Cafú en comparación. También entraron Sandro y Munir que lo intentaron pero la desconexión del centro del campo y la ausencia de Messi les impidió encontrar un buen remate. Al final , un único remate a puerta en noventa minutos, de cabeza de Piqué tras un córner. Lógico.

Quiero decir, para finalizar, que no soy pesimista. Luis Enrique tiene las ideas claras pero a veces los jugadores tienen sus limitaciones y resulta que cuando el terreno de juego está impracticable, el equipo no tiene otras soluciones que tienen todos los equipos grandes, y sufre, sufre mucho. Luis Enrique lo sabe y, a pesar del pesimismo que he leído hoy, creo que va por el buen camino. El tiempo nos dará o quitará la razón. The best is yet to come.