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Yoyalodije

Yo estuve en Wembley: El epílogo

(Como sugerencia se puede leer escuchando el “Fa vint anys que tinc vint anys” de Serrat o el “Tan joven y tan viejo” de Sabina o los dos a la vez en la versión de la gira conjunta 2012-2013)
EPILOGO: El viaje de regreso

Todo viaje tiene al final su retorno y todos somos esa especie de Ulises de estar por casa, que tarde o temprano quiere volver a los brazos de Penélope y al calor del hogar.

Cuando acabó todo y el viejo Wembley se quedó vacío, (fuimos casi los últimos en salir) estábamos rotos de cansancio y de felicidad. Buscamos el autobús como quien busca el definitivo oasis en el desierto. Allí los pocos gritos que nos quedaban ¡Campeones! ¡Campeones!, (todavía el gran Amunike no había trocado el primitivo cántico por el mítico ¡Campeolones! que hoy se twittea o fecebbokea con fruición).

Chocamos palmas de manos, algún tímido abrazo con esos viajeros de la ilusión compartida que no volveríamos a ver… y raudos y veloces a ocupar el asiento para un largo periplo por Inglaterra, Francia y Catalunya, (la mayoría de ellos) y hasta Valencia y Albacete nosotros.

Se nos pierde el chofer por Londres y alguien grita

-Jefe, tire para el aeropuerto que desde allí seguro que está indicada Francia.
No sé si lo hizo… vamos cayendo como moscas en brazos del sueño, los últimos Ángel y yo, que en la enésima vuelta por la City, vemos Downing Street, John Major debe llevar siglos durmiendo, pensamos.

Caemos antes de salir de Londres y me despierto en Francia, el autobús en el “garaje” del Ferry. El cabrón de Ángel no me ha llamado y me estoy meando… Menos mal que empieza a llegar la gente, se abre la puerta y puedo bajar a mear antes de que enfilemos la larga travesía gala.

Parece que hay prisa pues hacemos pocas paradas en la tierra de Abidal, a veces tenemos que reclamarle al “Jefe”- Pare que nos meamos, pare que tenemos hambre.

Dormimos, meamos, comemos, dormimos otra vez. Intentamos oír por la radio una celebración que nos vamos a perder, buscamos periódicos en cada parada, pero se agotan pronto… Creo que consigo un Avui al poco de cruzar la frontera… Ángel y yo lo devoramos como si fuésemos del Ampurdán y llevásemos toda la vida leyendo a Salvador Espriu.

Dormimos, paramos, meamos, comemos… y a eso de las 3 de la madrugada estamos en el Camp Nou, ni siquiera quedan los ecos, ni el regusto de una celebración que no hemos podido vivir, ni si quiera intuir.

La mayoría de la gente tiene allí sus coches, sus padres sus familiares y amigos que van a recogerlos… algunos los que viven en Barcelona, buscan un taxi o salen andando camino de sus casas. Nosotros tenemos que llegar a Valencia…

Ángel tiene una feliz idea, alguno de los autobuses igual va para allá, miramos las matrículas y las empresas vamos preguntando, unos nos dicen que hacen noche en Barcelona, otros que van para otro sitio… Por fin un conductor se apiada de nosotros… Está prohibido pero nos deja subir y nos lleva…

Se nos une un chaval de Castellón, ha hecho el viaje él solo y vuelve para su casa, es hijo de un árbitro de primera, que se ha retirado hace poco, podéis buscar quien es, no creo que hubiese muchos castellonenses.

Afortunadamente no nos dormimos, estamos hablando con nuestro nuevo “compañero de viaje”. Nos cuenta que ya estuvo en Sevilla con 13 ó 14 años, entonces sí fue con algún familiar. De repente uno de los tres (o los tres o dos) pega un grito…

Los “chóferes” se habían dormido y nos íbamos contra la valla, “volantazo” que te crío y suspiro de alivio. Le decimos que pare a tomar un café. Lo hace… pago yo la ronda y seguimos. A la entrada de Castellón nos despedimos de nuestro “nuevo amigo” otro más a unir a esa lista de los que no vuelves a ver…
Llegamos a Valencia, Ángel quiere esperarse a que yo coja el tren para Albacete, le digo que no hace falta que se vaya a descansar, nos damos un último abrazo, Campeones… musitamos.

Un Intercity me lleva camino a casa, no me puedo dormir, no vaya y sea que me pase, por fin la Estación… bajo, no he dicho que vayan a recogerme, no hace falta recorro el camino… Avda. de la Estación, Paseo de la Libertdad, Altozano… Es Viernes a medio día y hay bullicio de trabajo, oficinas, compras, gente que va y viene, gente que sale de clase… Me miran como diciendo -¿de dónde sale éste?-… Aunque ya no llevo toda la parafernalia… sí algunas cosas, la gorra de los Almogavers, una banderola de la final y otros “apichusques”. Alguno me dice ¡Visca el Barça!… algún coche pita y vuelve el ¡Campeones!

Llego a casa, besos a la madre… Cago, como, me ducho… No sé en qué orden… Llega Juanín de trabajar y por fin nos abrazamos… Él ha esperado 52 años para ver al Barça Campeón de Europa y 2 interminables días para ver a su hijo que vuelve de Londres con la Copa.

Somos felices frente a una cerveza, hablamos y hablamos… del sufrimiento, de la alegría, de todo, por fin como comida decente…

Más abrazos y besos antes de llegar a la cama…Duermo como un bebé… No es un sueño… ¿o sí, quién sabe?… Yo estuve en Wembley…

21 Años después les debía un verso…

Continuará.