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Crónica

El factor Messi

Real Zaragoza, 0 – F.C. Barcelona, 2

El Barça cumplió su objetivo en La Romareda y consiguió una victoria imprescindible ante el colista de la Liga. Fue un triunfo más serio que brillante, en un partido desangelado que siguió la estela del grisáceo encuentro ante el Copenhague. Paradojas del fútbol: el equipo no parece alcanzar el nivel de excelencia de las dos temporadas anteriores pero obtuvo en Zaragoza su cuarta victoria consecutiva liguera para certificar el mejor arranque fuera de casa en la historia del club.

Advertido por su colega maño de que el Zaragoza plantearía un partido de trincheras y defensa de cinco hombres, Pep Guardiola decidió retocar el dibujo táctico y utilizar una formación 3-4-3, adelantando la posición de Dani Alves al centro del campo, reubicando a Messi como mediapunta y con un tridente ofensivo compuesto por Iniesta, Villa y Pedro. Hay que aplaudir al entrenador azulgrana su permanente búsqueda de soluciones aunque esta noche la pequeña revolución funcionase a medias.

Ausente Xavi por las dichosas molestias en el tendón de Aquiles nadie supo llevar la batuta azulgrana con éxito: Sergio estuvo bastante impreciso en el pase, Keita se mostró irrelevante en tareas organizativas y colectivamente el equipo abusó de la conducción del balón y se empeñó en combinar por el centro del ataque, originando un embudo en el área zaragocista que facilitaba la tarea destructora de la defensa local.

Siempre Messi. El crack argentino no se encuentra en un momento álgido de forma pero aún así derrocha tanta calidad y talento que es capaz de resolver con goles allí donde no llega el juego del equipo. Al filo del descanso el diez azulgrana aprovechó una gran asistencia de Villa para resolver con frialdad ante Doblas. Ya en la segunda mitad un inoperante Zaragoza quedó seriamente tocado con la expulsión de Ponzio por un manotazo a Dani Alves y minutos después arrojó definitivamente la toalla tras un seco zurdazo de Messi que ponía el cero a dos en el marcador.

Nayim, autor del gol imposible que coronó a un glorioso Zaragoza como campeón de la Recopa hace tres lustros y hoy segundo entrenador blanquillo, vio también la tarjeta roja, frustrado e impotente ante la errática trayectoria de su equipo, un claro síntoma de que cualquier tiempo pasado fue mejor a orillas del Ebro. Por parte azulgrana, la mejor noticia fueron los buenos veinte minutos disputados por Thiago, cuyo repertorio incluyó una excelente asistencia a Villa aunque el Guaje envió, por cuarta vez esta temporada, la pelota a la madera.

Será por las limitaciones de una plantilla corta de efectivos, o por los perjudiciales efectos de una temporada post-Mundial, o por la teoría de los microciclos que defiende incansablemente Martí Perarnau… La cuestión es que el Barça no acaba de ofrecer su mejor versión pero dispone del mejor futbolista del planeta, un factor determinante para sacar adelante partidos como el de esta noche mientras se recuperan las buenas sensaciones a nivel individual y colectivo.