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Fundido a negro

Blancos juegan como nunca y pierden como siempre en Barcelona. Vale para el messinesco Madrid del martes en el Palau, que apretó sin ahogar al favorito Barça, y para el camachesco Osasuna que estuvo inquietando hasta el tardío regreso de Ibralatas a un Barça muy poco messinesco. Dos partidos, una misma historia.

La defensa monocolor de Messina secó a todos los jugadores blancos del Barça pero no pudo evitar que los negritos resolvieran el partido en unos últimos cinco minutos que nada tuvieron en común con los 35 primeros. Navarro, Ricky, Lorbek, Fran, Lakovic, Grimau y Basile fueron engullidos sin piedad por la voracidad madridista, y sólo la intensidad del black power culé que quedó en pie tras la temprana lesión de Morris mantuvo a su equipo en el juego.

Se les unió Sada en el momento más crítico, con el Madrid seis arriba y el Palau enmudecido, y pese estar inédito en el partido acabaría resultando clave en su desenlace. Dirigió en ataque con más tino y pausa que el ansioso Ricky y, sobretodo, se batió en defensa hasta reducir a la mínima expresión la notable incidencia en el partido de Pablo Prigioni, anoche a la altura de su vitoriana leyenda.

Pero hasta el pitido todo es partido, y a los de Messina se les acabó la gasolina cinco minutos antes del definitivo pitido. Ni rastro a partir de ese momento de aquel organizado y agresivo equipo que había puesto en jaque a un Palau que no ha presenciado derrota alguna de su equipo en un año entero. El peligroso Llull ya no metía, Jaric estaba hecho trizas tras demasiados tangos con Pete Mickeal, Prigioni pagaba el pato de llevar media hora anticipándose a un adolescente, los pívots ya no llegaban a los rebotes y Messina hasta dejó de pillar lo suyos.

Sí, el Barça acababa de ganar el primer envite por cansancio del rival. Por eso, por la defensa de Sada, por el paso al frente de su líder Mickeal y, sobretodo, porque Boniface Ndong tiró del equipo más en forma de Europa el día en que todos sus blancos compañeros quedaron atrapados en la telaraña de Messina.

¿Se puede acabar un artículo afirmando que ahora los blancos lo tienen negro, y que no parezca/sea recochineo?