Categories
Yoyalodije

La hora de los valientes

El pasado domingo, tras la derrota en el Vicente Calderón sumada a las lesiones de nuestros héroes, me dejé llevar por cierta pesadumbre y pasé de escuchar ruedas de prensa y tertulias varias en las que intentasen explicarme lo que ya había visto. Automáticamente pulsé el botón del mando a distancia para visionar la entrega de premios de uno de los años más brillantes del cine español. Entre categoría y categoría, le entregaron uno a Antonio Mercero en homenaje a su trayectoria, tanto cinematogràfica como televisiva, en uno de los momentos más emotivos de la noche en que sus hijos glosaban la carrera del director y nos contaban como su enfermedad le estaba deteriorando.

Mientras veía esto y, posteriormente, el video de la entrega del Goya en casa de Mercero por parte del director de la Academia, un menguado Alex De la Iglesia, me vino a la cabeza una de sus películas, un filme de los menos conocidos del realizador, “La Hora de los Valientes”. En ella se narra como en plena Guerra Civil, se salvaron los cuadros del Museo del Prado enviándolos a Valencia y, como un personaje anónimo encuentra por casualidad un autoretrato de Goya y procede a custodiarlo, a proteger y salvar “su” obra de arte.
Extrapolando esta idea a nuestros artistas del balón, en plena barbarie de villaratos y cagómetros, necesitan de alguien que les ayude, alguien que siga confiando en ellos, que les de el empujoncito necesario para superar la plaga de lesiones y bajas. Pienso que este alguien debemos ser nosotros, los aficionados anónimos, socios o no, debemos arroparles tanto en el campo como fuera de él. Deben notar en el ambiente que hay confianza ( no euforia, esta resta posibilidades), transmitirles la fuerza necesaria para afrontar los duros compromisos que quedan para acabar la temporada.

El sabado ante el Racing hay que empezar a demostrar si somos una gran afición o unos acomodados que esperan con pasotismo que el equipo le meta 4 a los cántabros sin despeinarse. No hay excusa, se juega a una hora decente , podemos cenar después y no hay problemas de transporte público. Además, recuperamos seguramente a 3 de las bajas ( Piqué, Márquez Y Chigrinskiy) y quizá tendremos la posibilidad de ver a algún valor nuevo de la cantera.
Le enfermedad de Mercero  ( puto Alzheimer) me hizo pensar en la memoria, volver atrás en los recuerdos para buscar alguna temporada también marcada por las bajas y que acabase con un final feliz. !Eureka, la encontré!

Todo empezó- que casualidad-  con un Atlético de Madrid – 2  Barça – 1, pero aquel día no marcó Ibrahimovic sino Stoichkov, corría el último trimestre del año 1990 y se lesionó uno de nuestros cracks, el holandés Ronald Koeman, una baja que impactó en la, ya de por sí castigada, moral del barcelonismo, más cuando al siguiente partido se empató sin goles con el Burgos en el Camp Nou. Eran años convulsos, las Ligas escaseaban y todos los demás parecían títulos menores.

Esa importante lesión ( unos 5 meses de baja) dió pie a la “guerra del bisturí”, una batalla entre médicos y mutuas que en nada contribuía a la calma en el equipo. Las ventas de tranquilizantes se dispararon cuando, 2 jornadas más tarde se rompió el menisco el “Chapi” Ferrer y estuvo 3 meses sin jugar. En clara demostración de los nervios de la plantilla, el búlgaro Hristo Stoichkov le clavó los tacos al árbitro Urízar Azpitarte ( si te llamas azpitarte es que estás predestinado a ser trencilla) en un Barça-Madrid de la Supercopa de España. Esta idiotez le supuso una sanción de 2 partidos por la expulsión y 2 meses por la agresión al colegiado.
Cuando parecía que ya no nos iba a pasar ninguna desgracia más, una insuficiencia coronaria atacó a nuestro entrenador Johan Cruyff y obligó a que Charly Rexach tomase las riendas del equipo.

Pues sí, a pesar de todo esto, aunque parezca imposible, ganamos la Liga faltando 4 jornadas para el final. Además, llegamos a una final europea contra el Manchester Utd, una Recopa también con bajas (Zubi y Amor por sanción y Stoichkov por lesión) en la cual si no anulan injustamente un gol de Pinilla posiblemente hablásemos de otro gran triunfo.

A partir de esa temporada, asistimos a una de las épocas más brillantes del barcelonismo pero eso es otra historia.
Eso demuestra que nada es imposible, que las adversidades nos deben hacer más fuertes, que hay que ir paso a paso, siendo conscientes de las dificultades pero sin  dejarnos acobardar por las fuerzas mediáticas que ya están vendiendo el triunfo blanco, de los cobardes no hay nada escrito, ha llegado la hora de los valientes.