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Yoyalodije

Luna, dedo y aguas revueltas.

Al final parece que el objetivo se ha cumplido. Se ha hablado de todo menos de lo que en teoría se debía haber hablado. E increiblemente el resultado, sin mentar directamente a la bicha y a su acción, osea a Cristiano Ronaldo y su forma de correr de chico alto rompenarices, parece que va siendo el de presentarnos al jugador portugués como a un incomprendido que no tiene culpa de nada de lo que le pasa en la vida. Un futbolista que, todo lo que tiene, le ha venido otorgado como un don casi divino.

Porque ya saben, Cristiano no tiene la culpa de ser guapo cuando cae mal por eso, tampoco tiene la culpa de ser alto y fuerte y por supuesto todo lo malo que rodea  su imagen no es más que la consecuencia del 6 pecado capital. Ése en el que caen multitud de no madridistas. Eso sí, si Cristiano tiene ese cuerpo es porque trabaja mucho en el gimnasio, porque entrena más que nadie  porque es un deportista modélico por implicación y ganas propias.

Al final, como decíamos, poco se ha hablado de la jugada en sí más que para buscar descargas al asunto. Cristiano es alto, el otro es bajo, Cristiano no mira al rival, el rival le agarra y sobre todo Messi también hizo una cosa, dicen, parecida. Pero también hay tiempo para la filosofía, ya que Cristiano y sólo él es el único que “quiere que le dejen jugar al fútbol”.  ¿ Que Cristiano asesta un latigazo hacia atrás en una posición antinatural para proseguir la carrera ?. Minucias prescindibles de la descripción de la jugada.

Así que al final llegamos a que se ha hablado de Messi tanto como de Cristiano. Se ha recurrido incluso a Ferdinand, de otra liga, para mostrar las jugadas que ciertamente son iguales y no se han sancionado y por último se ha apelado al más ramplona y megautilizada excusa del victimismo: él quiere jugar al fútbol.

El comité-2 (no sé ni como se llaman) fallará esta tarde sobre las alegaciones madridistas y mucho me temo que será para reducir la sanción (condena he escuchado en algún medio nacionalmadridista). El caldo de cultivo es el propicio, se ha hablado de todo menos de la jugada en sí.

Así, entre Messi, Ferdinand y las ganas de jugar al fútbol nadie ha reparado en que un día, en cierto partido, un loco bajito osó agarrar de la camiseta a Cristiano y acabó con la nariz rota.

Decíamos en el título que allá, en los cielos, al lado de la luna, estaba Cristiano y el juego mediocre del Real Madrid… . El problema es que alguien los ha señalado… .

Como siempre.